El Área Metropolitana del Valle de Aburrá proyecta una “ciudad soñada” para 2023. La entidad antioqueña le apuesta a la ciencia, la tecnología, la innovación y las comunicaciones como ejes transversales del desarrollo. Para hacerlo posible, destinó un poco más de un billón setecientos cinco mil millones de pesos en su Plan de Gestión Futuro Sostenible, que incluye el Valle del Software, un proyecto que impactará a los diez municipios que conforman esta metrópoli.
“En función de la inversión de nuestro plan de gestión, en todas sus esferas, desde el componente de seguridad y convivencia, los programas de la Secretaría General y todas las subdirecciones, tienen como enfoque estratégico el de las ciudades inteligentes”, precisa Juan David Palacio Cardona, director del Área Metropolitana.
Una de las metas clave para construir una metrópoli inteligente es ampliar la cobertura del servicio de internet en el territorio. De acuerdo con la Encuesta de Calidad de Vida 2019, en el Valle de Aburrá 64,9 por ciento de la población está conectada a este servicio. La meta es que los municipios de Medellín, Envigado, Itagüí, Sabaneta, Caldas, La Estrella, Bello, Barbosa, Girardota y Copacabana puedan superar las brechas tecnológicas y mejorar los procesos de movilidad, seguridad y medio ambiente, a través de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).
Una ruta para ampliar el internet al 34 por ciento restante es a través de las estaciones del metro. Palacio explica que muchos usuarios con dispositivos inteligentes en el territorio no tienen la posibilidad de contratar planes de cobertura amplia. “Así que proyectamos ofrecerles conectividad mientras usan este medio de transporte. El Metro de Medellín ya tiene internet gratuito en algunas estaciones, pero avanzamos en la consecución de recursos para que ese beneficio llegue, inicialmente, a Bello, Sabaneta e Itagüí”.
Adicionalmente, se avanza en la puesta en marcha de un Centro de Monitoreo metropolitano que integre la información de cada localidad. Hoy en día, operan diez secretarías de Seguridad municipales que trabajan de forma independiente, y que podrían articularse en seguridad, atención de desastres, emergencias, atención en salud, tránsito, entre otros.
En movilidad, se trabaja en la implementación de soluciones tecnológicas disponibles para celulares, como la nueva aplicación para reportar el robo de bicicletas MiBici, y en sistemas de gestión del transporte público, que permite estimar tiempos de desplazamientos de un punto A a un punto B, haciendo uso de varios medios de transporte: bus, bicicleta de EnCicla o el metro. Adicionalmente, se avanza en el centro de operaciones y tablero de control de EnCicla del Valle de Aburrá para integrar la información del sistema público de los municipios en los que opera y en el seguimiento digital a los Planes Empresariales de Movilidad Sostenible, Planes MES.
En conocimiento, se avanza con el Diagnóstico del estado tecnológico del Valle de Aburrá, en el Programa de formación virtual gratuito Educa, el Sistema de Datos Abiertos, el Observatorio Metropolitana y Área en datos.
Otras innovaciones proyectan entregar a la ciudadanía los controles de enfermedades coronarias luego de ingresar en cápsulas itinerantes, el levantamiento de croquis de accidentes viales, mediante el uso de drones, con el fin de reconstruir la escena en 360 grados y agilizar los procesos de levantamientos, y el análisis del crecimiento urbano en laderas con imágenes satelitales para la planificación urbana, entre otros.
Andrés Felipe Álvarez Grajales, subdirector de Planeación Integral del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, precisa que lo importante de este tránsito hacia un territorio inteligente, es su propósito: “mejorar la calidad de vida del habitante metropolitano”. En este sentido aclara que la tarea, declarada Hecho metropolitano 21 o de interés prioritario para el territorio, va a trascender administraciones y no culminará en 2023. “Ese año finaliza el primer escenario porque hasta allí está delimitado el actual plan de gestión, pero tenemos otro instrumento de planificación que es el Plan Integral de Desarrollo Metropolitano, proyectado a 2032”.
El diagnóstico
El Valle del Software se encuentra en una etapa de diagnóstico que permitirá identificar con qué cuentan los municipios del área metropolitana y qué demandan para llegar a ser ciudades inteligentes.
Durante ese proceso, que inició este mes de agosto, el centro de innovación y negocios de Medellín, Ruta N, evalúa la disponibilidad de la fibra óptica en cada municipio, además del hardware y software disponible en el territorio metropolitano. “Si Medellín resolvió una problemática con un software, y hoy Envigado o Barbosa tienen una dificultad similar y no cuentan con recursos para solventarlo, ¿por qué no compartirlo?”, manifiesta Palacio Cardona.
El Área Metropolitana de Vallé de Aburrá ha tenido un gran éxito en la transición para convertirse en ciudad inteligente al hacer uso de las TIC para impactar el desarrollo desde su Sistema de Alerta Temprana del Valle de Aburrá (Siata), que incluye monitoreo en hidrología, meteorología, ingeniería sísmica y geotécnia; la gestión catastral con énfasis el Modelo Multipropósito a través de la tecnología; y el reto de convertirse en la primera entidad pública con cero uso de papel. En gestión catastral a través de nuevos aditamentos tecnológicos, Álvarez asegura que en lo corrido del año la respuesta a propietarios de predios se ha agilizado en 80 por ciento y se han dejado de imprimir 66.890 hojas de papel.
La tecnología como solución
El Valle del Software apuesta a que las TIC respondan a necesidades reales y cotidianas de los cerca de 4.055.296 habitantes del área metropolitana. Para lograrlo se basa en la articulación de los lineamientos del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones: gobernanza, personas, medio ambiente, hábitat, desarrollo económico y calidad de vida.
“El tema de gobernanza se refiere a que las instituciones públicas se acerquen a la ciudadanía a través de las TIC; que sean amigables para los niños, las niñas y los jóvenes, los adultos y la personas mayores”, explica Hernán Elejalde, líder de la Unidad de Sistemas de Información del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, quien también considera fundamental el vínculo entre la tecnología y el hábitat, “porque permite identificar los usos del suelo en la región y aportar a temas habitacionales al ofrecer diagnósticos de viabilidad de las construcciones”.
Comunidades digitales
Adicionalmente, el Valle del Software busca impulsar la creación y consolidación de comunidades en torno a intereses o actividades. Un ejemplo es la aplicación móvil ‘MiBici’, que la entidad acaba de poner a disposición de la ciudadanía. En ella los usuarios inscriben sus bicicletas y en caso de ser víctimas de hurto, los usuarios de la herramienta pueden hacer gestión social para encontrarla.
“Se van formando comunidades asociadas al uso de la bicicleta y, además, se pueden ir identificando zonas de alto riesgo”, manifiesta Elejalde. La herramienta permite publicar información sobre emprendimientos relacionados con la disciplina deportiva y difundir datos de interés sobre eventos o clubes.
Otra aplicación que busca involucrar a los habitantes del Valle de Aburrá es ‘Área 24/7’, la cual permite consultar el estado del tiempo y la calidad del aire, además de calcular los tiempos de viaje a través de diferentes medios de transporte. Así mismo, ofrece la opción de monitorear los niveles de consumo hídrico, reconocer la fauna y flora del Valle de Aburrá y reportar afectaciones a los recursos ambientales y naturales.
El Área Metropolitana del Valle de Aburrá busca centralizar la información que genera a través de la ejecución de proyectos en una instancia que denominó Ruta E, que será una nueva unidad de negocios para el diseño, formulación, implementación y soporte de proyectos de innovación territorial en movilidad, planeación territorial, seguridad y sostenibilidad ambiental. Elejalde explica que la idea es que la entidad maneje toda la información, trabaje de manera articulada con universidades públicas y privadas del territorio y, adicionalmente, genere conocimiento y un portafolio de servicios.
La reindustrialización, puntualiza, es “la columna vertebral del Valle del Software” y propone que la comunidad aporte a la solución de sus problemáticas con el uso de tecnologías. “Por lo general el sector privado crea unos productos, unas necesidades y las lleva a la comunidad para que las consuma. Buscamos revertir el proceso para que sea la gente quien manifieste lo que le hace falta”, explica. Para promover y gestionar estas ideas, la entidad pensó en el Distrito F, un espacio para apoyar la creatividad ciudadana.
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