El sector del turismo también ha tenido que ajustarse a las necesidades ambientales que tiene el mundo hoy. Disminuir su impacto ambiental a través de estrategias y actividades pensadas en el bienestar del planeta es una premisa que no da espera. Así lo han entendido en Colombia regiones como el Eje Cafetero, que se ha preocupado por certificar a sus municipios con el sello sostenible, a través del Instituto Colombiano de Normas Técnicas y Certificación (Icontec).
De hecho, el Quindío es uno de los departamentos con más municipios certificados. En Salento, Filandia y Pijao, por ejemplo, se respira el aroma del café entre paisajes que se preservan favoreciendo el crecimiento económico de la zona y el bienestar de locales y visitantes. En el marco de esta nueva realidad ha cobrado fuerza el concepto de turismo regenerativo. José Manuel Patiño Gómez, gestor de este modelo en la reserva La Rivera, en Finlandia, explicó que “este turismo le devuelve más a la comunidad y a la naturaleza de lo que le quita”, porque se propone un desarrollo próspero y armónico con el planeta. “El turismo sostenible es un paso hacia la regeneración, pero definitivamente no es suficiente. La sostenibilidad es un concepto dirigido a reducir el impacto para sostener lo que tenemos y esto no basta para la humanidad”, señaló.
En los municipios del departamento de Caldas se están implementando proyectos de la mano de las comunidades indígenas, que además de velar por la sustentabilidad del territorio, permiten mejorar las economías de las familias de estas poblaciones. De acuerdo con Camilo Alvarado, director de Travolution, la articulación de la práctica turística sostenible, además de impulsar el comercio de la región, permite la recuperación de la identidad indígena. “Para nosotros esas son las dos palabras claves, autonomía y autogestión, que es en lo que se traducen los procesos que hemos venido acompañando en pro de las comunidades, para que la sostenibilidad sea de la mano de ellas”, señaló.
Los Ecorrieles, por ejemplo, son una de las iniciativas que visibilizan todas las actividades campesinas que se realizan en el sector de San Francisco, ubicado al lado de Chinchiná, justo sobre toda la carrilera del tren que atraviesa el río Cauca, y que contribuye a enfocar la consolidación del destino sostenible desde la labor comunitaria y protectora de la naturaleza.
En este contexto, la hotelería registra una de las transformaciones más importantes al incluir dentro de su misión principal la responsabilidad de cuidar el medioambiente. De acuerdo con el más reciente informe de viajes sostenibles realizado por la plataforma digital Booking.com, el 79 por ciento de la comunidad viajera prefiere movilizarse y llegar a lugares más sostenibles, y el 75 por ciento sugiere la adopción de modelos turísticos más amigables con el planeta.
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