Esneider Núñez perdió parte de su pierna derecha el 30 de agosto de 2018. La explosión de una mina antipersonal que pisó accidentalmente camino a su casa en el municipio El Carmen, en el Catatumbo, Norte de Santander, lo dejó aturdido en el suelo. Alfonso Julio Solano, su cuñado, corrió hasta la casa de Juan Miguel Sánchez, gestor municipal en aquel entonces y responsable de adelantar las labores de capacitación para prevenir este tipo de accidentes. En cuestión de minutos la vivienda de Sánchez se convirtió en una especie de cuartel general desde donde se coordinaron todas las acciones para salvar la vida de Esneider.
Sánchez recuerda que estas noticias son especialmente difíciles para quienes como él se dedican a evitar este tipo de accidentes. De acuerdo con el balance trimestral que publica el Comité Internacional de la Cruz Roja, en lo corrido de 2021 se han registrado al menos 104 víctimas por esta causa, el 71 por ciento en los departamentos de Norte de Santander, Cauca y Nariño. “La mayoría son civiles, principalmente población campesina que mientras realizaba labores cotidianas como cultivar, buscar agua o transitar por las veredas, tropezaron con estos artefactos”, informó la entidad.
Los vecinos fueron quienes le brindaron a Esneider los primeros auxilios y luego informaron a su familia. “Personalmente fue algo traumático, entre en shock, pero nos comunicamos con las diferentes entidades con las cuales teníamos una ruta marcada”, comenta Sánchez. A nivel territorial se activaron las alarmas, se entabló contacto con la personería, la alcaldía, el hospital y el Centro Regulador de Urgencias y Emergencias (CRUE) de Norte de Santander.
El accidente ocurrió a unas cinco horas de camino del casco urbano y el acceso era difícil por la lluvia. Desde la alcaldía se autorizó un vehículo para el traslado de Esneider; esperar a que llegara la ambulancia era, literalmente, un asunto de vida o muerte. “Lo movilizamos en una camilla improvisada con palos y tela hasta la camioneta que lo llevó al puesto de salud en el corregimiento de Guamalito, donde estaba activada la alerta”, detalla Sánchez. Había pérdido mucha sangre. Allí lo estabilizaron, lo enviaron al hospital del municipio y posteriormente fue trasladado al hospital de segundo nivel en Ocaña.
Cuatro horas duró todo el protocolo desde el reporte del accidente hasta la oportuna atención médica. “Participó mucha gente y no sólo los entes, también la comunidad que tenía el conocimiento de qué hacer”, destaca Sánchez, quien venía trabajando con los líderes sociales y comunales en la difusión de acciones de autocuidado y prevención. Una labor que forma parte de la alianza Pasos Seguros, integrada por la Fundación Barco, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Discovery Communications y Computadores para Educar.
A través de esta iniciativa, advierte Sánchez, “procuramos impartir a las comunidades comportamientos seguros y que la información sea multiplicada porque con ella se salvan vidas. Hasta un balón de fútbol puede ser un objeto extraño si está en un lugar atípico”.
Gracias a Pasos Seguros se han priorizado 44 municipios, de seis departamentos (Norte de Santander, Arauca, Meta, Valle del Cauca, Nariño y Chocó), en donde a través de gestores municipales se realizan actividades pedagógicas con apoyo de herramientas de información y tecnología. Martha Aponte, subdirectora de La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) en Colombia, destaca el impacto positivo que para este propósito han tenido la miniserie ‘Lalo y Lulú dan Pasos Seguros’, que se puede ver en el canal de YouTube, y el videojuego Pasos Seguros – ERM, disponible en Apple Store y Google Play de manera gratuita.
Por medio de estas herramientas, puntualiza, “las personas aprenden qué hacer si observan un artefacto explosivo, cómo identificar un camino seguro, de qué manera cuidar a los demás, cómo actuar en caso de encontrarse una víctima en el camino o cuáles son las pistas que pueden alertar del peligro”.
El apoyo de la Personería de El Carmen y la perseverancia de Sánchez hicieron posible que Esneider tuviera una prótesis. Según la Oficina del Alto Comisionado de Paz, el 81 por ciento de las víctimas de estos artefactos resultan heridas y una de cada cinco fallece.