A lo largo de la vida buscamos el complemento perfecto para todo. En amistades, relaciones, en nuestra comida favorita… y también en las alianzas que nos hacen más fuertes y mejores. Esa realidad se traslada también al ámbito empresarial y a las iniciativas que las compañías quieren impulsar, alineados a las necesidades de una población en particular. Por eso, las alianzas público-privadas terminan siendo justamente ese complemento ideal de capacidades entre sectores para satisfacer las demandas de una comunidad, un proyecto o de la economía de un territorio, siempre con el objetivo de incrementar el valor y generar transformaciones reales.
Un buen ejemplo de este enfoque es lo que hemos venido impulsando en Grupo Bimbo, desde la implementación de nuestra estrategia de sustentabilidad, con una visión de trabajo colaborativo con proyectos puntuales. La última edición de la Bimbo Global Race, que tuvo a Colombia como país anfitrión este año, logró articular esfuerzos con la oficina de la gestora social y Primera Dama, Carolina Deik, a través de su programa Misión Nutrición, y con organizaciones como la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (ABACO) y Special Olympics, en pro de dos causas puntuales: alimentar a población vulnerable mediante la donación de rebanadas de pan por cada corredor inscrito, y fomentar la inclusión a través del deporte como herramienta para una vida equilibrada.
Gracias a esos dos objetivos, la carrera no solo fue un evento deportivo, sino una verdadera iniciativa solidaria: por cada uno de los 10.000 corredores que participaron, se donaron rebanadas de pan, logrando un total de 200.000 unidades distribuidas a poblaciones vulnerables mediante programas como Desayunos Saludables y Dona tus Calorías. Además, se convirtió en una de las carreras con causa más grande a nivel mundial, reuniendo a más de 140 mil corredores en la carrera física y más de 300 mil en la virtual, alcanzando el objetivo de donar más de 3 millones de rebanadas de pan a bancos de alimentos del mundo.
Este tipo de acciones demuestra que cuando el sector privado, el público y las organizaciones sociales trabajan juntos, el impacto no solo crece, sino que perdura. Las alianzas no son solo una forma de mitigar problemas inmediatos, como el hambre, sino que sientan las bases para soluciones más duraderas y justas. Lo que estamos viendo es cómo el trabajo articulado puede transformar lo que parecía ser solo un evento más, en una poderosa plataforma de cambio social.
Necesitamos más de este tipo de colaboraciones. La lucha contra el hambre y otras problemáticas que afectan a millones de personas no puede depender de unos pocos. Requiere de la participación activa de todos los sectores y, por supuesto, también de los ciudadanos. Desde las pequeñas contribuciones individuales hasta las grandes acciones colectivas, o como decimos en Bimbo: cada grano de harina, cuenta. Si nos unimos, si trabajamos juntos, podemos garantizar que nadie se quede sin lo más básico: una alimentación digna.
En definitiva, la transformación social no es solo responsabilidad de las grandes empresas o los gobiernos. Nos compete a todos y solo cuando trabajamos de la mano, uniendo fuerzas, podemos asegurar un impacto real y duradero.
Por: Paula Pacheco, gerente Asuntos Corporativos y Comunicaciones Bimbo Latin Centro