El pasado 24 de noviembre se lanzó en la capital del país una iniciativa que busca mejorar la atención que reciben las mujeres cuando son víctimas de cualquier tipo de violencia. Hoy, el Comando Púrpura se ha replicado en ciudades como Barranquilla y Cali. Su objetivo va mucho más allá de garantizar la seguridad de las mujeres, busca crear una red fuerte y solidaria que le ponga freno a estos delitos.
La teniente coronel Ana Gabriela Gutiérrez Naranjo es la cabeza del comando en Bogotá. En esta entrevista explica en detalle cómo funciona esta iniciativa y de qué manera planean “sacar de circulación” a quienes atentan contra las mujeres.
¿De dónde surge la idea de crear el Comando Púrpura?
Ana Gabriela Gutiérrez Naranjo: Es una propuesta del mismo Comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, Carlos Fernando Triana Beltrán. Con él empezamos a construir una estrategia que nos permita cerrar las brechas que existen actualmente en las rutas de atención. El gran objetivo es prevenir y contrarrestar toda forma de violencia contra la mujer a partir de acciones coordinadas. Entendimos que tenemos una capacidad instalada, una normatividad, pero que todos los esfuerzos son aislados. La meta es integrar todas las capacidades institucionales e interinstitucionales para brindarles a las mujeres una atención efectiva cuando sufren alguna agresión.
¿Se ha agudizado tanto la violencia hacia la mujer en Bogotá que fue necesario crear un comando?
A.G.G.N.: Hoy en Bogotá los ciudadanos somos más conscientes de la importancia de proteger a las mujeres y en general estamos volcados a preservar sus derechos. Sin embargo, cuando exponemos nuestra propuesta a diferentes organizaciones, como, por ejemplo, las feministas, que son muy críticas, están totalmente de acuerdo en que hay que trabajar en mejorar las rutas de atención, la seguridad y la coordinación para ofrecer un servicio completo.
¿Quiénes conforman este equipo?
A.G.G.N.: En este momento el Comando lo conforman los 18.500 policías que operan en la ciudad. Sin embargo, en una primera fase estamos capacitando a las más de 4.500 mujeres policías vinculadas a la Metropolitana de Bogotá. Tomamos esta decisión porque entre nosotras se genera una mayor empatía. Sin embargo, el objetivo es que todos los policías, incluyendo los hombres, estén debidamente preparados para atender a las mujeres cuando lo requieran. A futuro, la meta es que todos los ciudadanos tengamos esa conciencia y sean también parte del Comando Púrpura.
¿Qué tipo de atención recibe una mujer que acude al Comando Púrpura?
A.G.G.N.: Nuestra meta es ofrecer una atención personalizada en donde no haya espacio para la revictimización y no se presente ese momento en el que las mandan de un lado para otro sin resolver el problema. Queremos que la mujer no tenga que revivir su dolor contándole a una y otra persona lo que pasó. Cuando ella se acerque a un policía, independiente de si está en un CAI o en el transporte público, este debe tomar el caso como propio y tiene que ponerse al frente de todo lo que necesite la mujer: llevarla al sitio donde la atenderán, guiarla para poner su denuncia y, en general, garantizar su seguridad.
¿Cuáles son los casos más frecuentes de violencia contra la mujer en Bogotá?
A.G.G.N.: Contrario a lo que se cree, en la mayoría de los casos no se usan armas. En una ciudad como Bogotá, la mayoría de los hechos son por contacto, tocamientos y también está la violencia psicológica, el maltrato verbal. En una primera instancia nos estamos enfocando en enseñarles a las mujeres que esto es un delito y las motivamos a denunciar. Precisamente, una de las apuestas es replicar el Violentómetro de Ecuador, una plataforma que les muestra a las mujeres qué tan expuestas están a la violencia. Pero ese es un proyecto que a futuro queremos consolidar con el apoyo de USAID. El objetivo es que las mujeres no normalicen lo que no es normal. Este año se han reportado 6.178 hechos de violencia intrafamiliar. Esas cifras nos motivan aún más a seguir trabajando por las mujeres, porque si las protegemos a ellas, protegemos el núcleo de la sociedad.
¿El plan se desarrolla en toda la ciudad?
A.G.G.N.: Sí. El objetivo es evitar la violencia hacia la mujer, sin importar en qué parte esté ubicada. No obstante, entendimos que el fenómeno no se comporta igual en todas las localidades. Hay unas más afectadas que otras. Por ejemplo, nuestro principal foco está en Bosa, donde hay más mujeres en inminente riesgo de feminicidio. Pero también hay una especial atención en Ciudad Bolívar, Kennedy, Engativá, Mártires, Barrios Unidos, Usme, Santafé y Candelaria.
¿De qué manera se garantiza su seguridad en territorios tan amplios como las localidades?
A.G.G.N.: A través de la Red Solidaria, una gran apuesta que hace parte de la estrategia del Comando Púrpura. Esta red nos permitirá tener contacto directo con nuestras víctimas a través de WhatsApp. Por el momento, ya tenemos vinculadas a 60 mujeres que requieren una atención especial. A través de este canal vamos a atenderlas y a darles una respuesta oportuna en seguridad, pero también una atención especializada gracias al apoyo de la Secretaría de la Mujer. El objetivo es crear colonias seguras de solidaridad. Queremos que entre ellas se conozcan, se den apoyo y sepan que no son las únicas.
Usted habla de sacar a los infractores de circulación, ¿cómo esperan lograrlo?
A.G.G.N.: Queremos hacer un trabajo muy importante con los infractores. Arrancaremos haciendo volantes con los más buscados para que los identifiquemos, porque cuando se presentan estos delitos, especialmente sexuales, la mayoría son reincidentes en las conductas. En línea con esa iniciativa, vamos a robustecer el sistema de medidas de protección, porque hoy el problema es que no sabemos cuántas medidas expiden los jueces o comisarios. Con ello, la idea es tener un sistema que nos brinde más información y así establecer un protocolo para proteger a estas mujeres y acudir rápidamente ante un hecho.
Este proyecto hoy se replica en otras partes del país…
A.G.G.N.: Así es, la intención es que se replique en otras partes del territorio. Ya se hizo el lanzamiento en Barranquilla, en el departamento del Quindío y en Cali. Con esta gran apuesta no nos estamos inventando la rueda, pero sí haciendo que la rueda funcione.