SEMANA: ¿Cuáles fueron esos mayores retos que tuvo a la hora de ejercer la carrera en el exterior?
Pilar Rubio: Llevo mucho tiempo acá, ya como 25 años, entonces como que uno siente un poco que es de acá y de allá, como si tuviera un pie en los dos sitios. Aunque Miami es una ciudad que le abre los brazos a los latinos, somos muchos latinos y la mayoría de la gente habla español. Sin embargo, uno siempre sigue siendo inmigrante. Además, en mi industria, que está dominada por hombres mayores y americanos, ser mujer y latina hace que uno se sienta como una minoría dentro de la minoría. Aunque esto ha mejorado con el tiempo, al principio, era un reto significativo.
SEMANA: Hablando de esto, ¿cuáles cree que son los estigmas que como colombianos tenemos respecto a ir a trabajar a Estados Unidos?
P.R.: Esa es una pregunta que inclusive yo misma me he hecho muchas veces. Conocí a personas que en sus países de origen habían sido médicos, abogados, ingenieros y llegan acá muchas veces sin el mismo estatus y empiezan a trabajar en lo que sea. Creo que hay una combinación de factores que lo hacen difícil, como la legalización del estatus migratorio, aprender un segundo idioma y la falta de un sistema de soporte como el que tenemos en nuestros países. Además, la vida aquí va muy rápido y a veces uno se enfoca en el día a día, olvidando la planificación a largo plazo.
SEMANA: Sabemos que es mamá. ¿Cómo fue el reto de ejercer su carrera en el exterior mientras era madre?
P.R.: Tengo un hijo que ya tiene 24 años. Antes de empezar a estudiar leyes aquí, hice de todo como todos los inmigrantes. Empecé a estudiar inglés en 2006 para poder entrar a la universidad. Era complicado, porque estudiaba una carrera pesada y mi hijo estaba pequeño. No tenía el sistema de soporte que se tiene en nuestros países, como dejar al niño con la abuelita o la mamá. Sin embargo, él fue un motor importante que me impulsó a esforzarme más. Quería ser abogada no solo por mí, sino también para que él tuviera un futuro mejor.
SEMANA: ¿Por qué decidió ejercer su carrera en Estados Unidos y no en Colombia?
P.R.: Cuando me vine de Colombia, era una época complicada, al final de los 90, y la inseguridad me tenía cansada. Después, uno va echando raíces en el nuevo lugar. No ejerzo en Colombia, porque no soy abogada allí; soy abogada acá. La mayoría de mis clientes son colombianos, así que siento que puedo prestar un mejor servicio desde aquí.
SEMANA: ¿Qué consejo le daría a una joven que está terminando la carrera y quiere buscar nuevas oportunidades, ya sea en el exterior o en Colombia?
P.R.: Primero que todo, uno tiene que atreverse a soñar y a soñar en grande, pero con compromiso. Nada es imposible si uno tiene disciplina y está dispuesto a trabajar duro. Es importante soñar en grande, pero también entender que las cosas cuestan trabajo y sacrificio. Uno tiene que estar dispuesto a seguir adelante a pesar de las dificultades. Con un destino claro y trabajando duro, eventualmente se llega.