En el pasado, el manejo de residuos en Colombia y otros países no era sostenible ni contaba con procesos adecuados de disposición, hecho que no solo ponía en riesgo la salud de las personas, sino que también impactaba la calidad de los recursos naturales de nuestras ciudades y regiones al no tener un modelo definido que tuviera foco en la descarbonización, descontaminación y en la economía de recursos.
Como los botaderos o rellenos sanitarios eran la única manera para acumular los residuos que se generaban en las ciudades, era habitual encontrar problemas de contaminación y malos olores, con perjuicios al agua, la fauna y flora, además -y no menos importante- efectos negativos en las comunidades circundantes.
Con el tiempo, la conciencia, nuevas tecnologías y dedicación, se ha implementado una nueva modalidad de mitigar el impacto ambiental de las basuras, transformando la manera en la que nos relacionamos con la naturaleza y nuestro entorno. Bajo esta reflexión, la tecnología se convirtió en el gran aliado del ser humano para innovar y transformar diversos procesos cotidianos, como migrar de los botaderos o rellenos sanitarios hacia los Parques Tecnológicos Ambientales (PTA), que se han convertido en una alternativa para mejorar el manejo de las basuras.
Gracias a estos espacios, no solo es posible darle una disposición adecuada de los residuos peligrosos y no peligrosos, también ha facilitado acciones como la biorremediación de suelos y aguas contaminadas con hidrocarburos para darles el tratamiento adecuado a cada uno de ellos, así como priorizar el aprovechamiento de las basuras y gestionar la disposición final de manera responsable con el medioambiente y las comunidades aledañas.
Consolidar la operación de estos parques en el país nace de la apuesta por la sostenibilidad y la protección de los recursos naturales, que para empresas como Veolia han requerido inversiones cercanas a los 10 mil millones de pesos por año, haciendo viable transicionar de antiguos botaderos a espacios llenos de biodiversidad, capaces de extraer biogás a partir de los lixiviados de las basuras, lo que permite tratar el 90% de las emisiones de metano que pueden generar estos residuos.
Más que una evolución es una revolución para pensar más allá de la responsabilidad social con el ambiente, también con las comunidades cercanas a estos espacios para apoyar su desarrollo. Todo esto a través de la generación de empleo, promoción de espacios de educación ambiental y la ejecución de procesos responsables en el manejo de los residuos que ayudan a garantizar la seguridad de los recursos naturales.
Hoy los residuos ya no los percibimos como basura, hoy son recuperados y transformados para convertirlos en nuevos recursos y oportunidades para el medio ambiente, mitigando los efectos del cambio climático; este cambio de concepción nos permite preservar entornos naturales, y convertirlos en espacios abiertos para la gente, sumando a la construcción de una sociedad más consciente con armonía entre los estilos de consumo y el cuidado del planeta.
*Por Judith Buelvas, directora País Veolia Colombia & Panamá/ CEO