Imaginemos el recorrido diario de un colaborador que debe enfrentarse al tráfico de Bogotá o Medellín para llegar a su oficina. Este trayecto se convierte en una travesía similar a navegar por un río turbulento: los atascos, el estrés, y el tiempo perdido en el tránsito son las corrientes que hacen que cada día sea una lucha cuesta arriba. Esto no debería ser así.
Según un reciente estudio realizado en colaboración con Michael Page, el 90.5% de los encuestados en Colombia considera que la principal desventaja del trabajo presencial es la pérdida de tiempo en el desplazamiento diario. Estas cifras hablan por sí solas. En Bogotá, los residentes pierden un promedio de 122 horas al año en atascos, mientras que en Medellín esta cifra alcanza las 91 horas, según un informe de la empresa Inrix. Esas son horas que podrían ser dedicadas a la familia, al descanso o incluso a la creatividad personal y profesional.
Ante esta realidad, surge una pregunta fundamental: ¿cómo podemos, como empresas, devolverle a nuestros colaboradores el tiempo que pierden diariamente en sus trayectos? La respuesta parece estar en un enfoque que cada vez gana más terreno: la descentralización de las oficinas.
En América Latina, el 66% de los encuestados ve el modelo de trabajo híbrido como la mejor alternativa para sus labores diarias. Esta tendencia no solo responde al deseo de evitar las largas horas en el tráfico, sino también a la creciente necesidad de un equilibrio entre la vida laboral y personal.
Sin embargo, es importante destacar que el teletrabajo, si bien ofrece flexibilidad, ha mostrado una tendencia a la baja en el último año. Esta reducción plantea un nuevo desafío: ¿cómo mantenemos la productividad y el compromiso de nuestros equipos sin sacrificar su bienestar?
La descentralización de las oficinas es la respuesta. Esta estrategia no solo reduce la congestión vial, sino que también permite a los colaboradores elegir espacios de trabajo más cercanos a sus hogares, lo que se traduce en una mayor eficiencia y una mejor calidad de vida. Además, esta descentralización contribuye a la reducción de la huella de carbono, un tema cada vez más relevante en la agenda corporativa global.
En WeWork, hemos dado un paso adelante en esta dirección, desarrollando una amplia gama de ofertas de espacios de trabajo descentralizados. Esto permite a las empresas tener presencia en puntos estratégicos, brindando a sus equipos la facilidad de movilizarse con mayor eficiencia y, sobre todo, permitiéndoles reconquistar el tiempo que la ciudad les había arrebatado.
El futuro del trabajo en Colombia y en toda Latinoamérica se perfila hacia un enfoque más flexible y descentralizado. Es un futuro en el que la calidad de vida de los colaboradores no es una opción, sino una prioridad. Al final del día, la verdadera medida del éxito empresarial no está solo en los números, sino en cómo logramos que nuestros colaboradores lleguen a casa con una sonrisa, sabiendo que han recuperado el control de su tiempo y de su vida.
Por: Karen Scarpetta, CEO de WeWork en Hispanoamérica