Trabajando con mujeres líderes y ejecutivas, he aprendido que, en el fondo, todas queremos lo mismo: vivir con más plenitud y menos carga. Parece que eso debería ser simple, ¿no? Pero la vida no trae manuales, y a veces nos olvidamos de que muchas respuestas están en mirar las cosas desde otro ángulo. Hace poco aprendí de una de mis mentoras una fórmula: la de la felicidad, y me puse a pensar en otras posibles fórmulas matemáticas para la vida. Suena extraño, lo sé. ¿Fórmulas? ¿Para vivir? Pero espera, no son ecuaciones como las de la escuela. Son maneras de ver la vida que, por alguna razón, funcionan. Y hoy quiero compartirlas contigo.

Mujer de negocios feliz mirando hacia otro lado mientras sostiene una tableta digital en la oficina | Foto: Getty Images

Felicidad: querer lo que tengo / tener lo que quiero

Comencemos con esta. Cuántas veces nos encontramos en esa carrera por querer siempre “más”: más éxito, más reconocimiento, más… todo. Pero ¿y si la felicidad estuviera en lo que ya tenemos? Esta fórmula es una invitación a hacer un inventario de aquello que ya está en nuestra vida. A veces, la felicidad no es tanto tener más, sino aprender a querer lo que ya tenemos. ¿Te has detenido a pensar cuánto de eso que ya tienes es lo que alguna vez soñaste?

Éxito = compromiso x constancia

Si eres de las que cree que el éxito depende del talento o de las conexiones, tengo noticias: es más una cuestión de compromiso y constancia. Algo importante a recordar es que el éxito no se define de la misma forma para todos. Para algunas personas, éxito es alcanzar un cargo alto, para otras puede ser crear un negocio propio o simplemente vivir con paz interior. Así que, cualquiera que sea la meta, el éxito verdadero se construye día a día, con pequeños pasos. Esta fórmula nos recuerda que el éxito no se mide solo en logros externos, sino en la persona en la que nos vamos convirtiendo en el proceso.

Estudiar estas disciplinas solo requiere una mente brillante. | Foto: Getty Images

Libertad = tiempo + elección

Esta me encanta porque todas hablamos de “ser libres”, pero ¿qué significa en realidad? Para mí, la libertad es decidir cómo uso mi tiempo y hacia dónde dirijo mis elecciones. Es decir, tener la capacidad de decir “sí” o “no” sin miedo y sin culpa. Esta fórmula nos invita a mirar nuestras decisiones cotidianas y preguntarnos: ¿qué tan libres somos realmente? No se trata de tener más tiempo, sino de elegir bien en qué y en quién invertimos nuestra energía.

Resiliencia = fracaso / respuesta emocional

Aquí viene una palabra de moda: resiliencia. Pero la resiliencia no es solo “aguantar”. En esta fórmula, la resiliencia es nuestra capacidad de responder al fracaso sin quedarnos estancadas en él. ¿Cuántas veces nos caemos y dejamos que ese tropiezo defina cómo nos sentimos o lo que pensamos de nosotras mismas? La clave aquí no es evitar el fracaso, sino aprender a responder con menos carga emocional, entendiendo que cada caída es una pieza más en el rompecabezas de nuestro crecimiento.

¿Qué es la resiliencia? | Foto: Gettyimages

Vida plena = (autenticidad + propósito) x presencia

Esta es mi favorita porque la plenitud es algo que todos anhelamos, pero que pocos alcanzan. ¿Por qué? Porque la plenitud no se logra acumulando cosas, sino siendo quienes somos (autenticidad), sabiendo hacia dónde vamos (propósito) y disfrutando el viaje (presencia). Vivir en plenitud es como escribir un libro del que no queremos saltarnos ninguna página.

Balance = energía disponible / energía dedicada

¿Cuántas veces sentimos que nos “falta tiempo”? Esta fórmula nos da otra perspectiva: el balance no es cuestión de tiempo, sino de saber dónde ponemos nuestra energía. Si dedicamos más energía de la que realmente tenemos, terminamos agotadas y desequilibradas. El verdadero balance se logra cuando aprendemos a priorizar y a cuidar nuestro bienestar, porque solo desde allí podemos dar lo mejor de nosotras mismas.

Crecimiento = curiosidad / miedo

Esta última fórmula es un recordatorio para mantener viva la curiosidad, incluso cuando el miedo aparece. La curiosidad nos empuja a explorar, a hacer preguntas, a mirar más allá de lo que conocemos. En el fondo, el crecimiento no es más que atrevernos a ver la vida con la misma mirada de un niño, dejando de lado el miedo a equivocarnos. Y así, estas fórmulas se convierten en pequeños recordatorios para vivir de una manera más consciente y menos pesada. No hay que memorizarlas, solo recordar que la vida, como las matemáticas, puede ser más simple de lo que pensamos.

¿Cuál de estas fórmulas vas a probar hoy?

*Por: Gloria Alzate, CEO de Gloria Alzate Coach & Mentor – CREíDAS