Martha Lucía Malaver es la vicepresidenta de human managment de SAP SuccessFactors para Latinoamérica. Es ingeniera industrial y cuenta con más de 15 años de experiencia trabajando con personas. Malaver compartió su importante experiencia en el foro de Talento Inclusivo de nBC, que buscaba abrir espacios para el empoderamiento de las mujeres.
En este espacio se habló de la nueva película de Flora Martínez, su rol como directora y la importancia de esta iniciativa como parte del camino de la inclusión de país. Además, se buscó dialogar sobre temas que permitieran poner en perspectiva el papel de la mujer en cargos directivos en esta nueva era.
Dentro del marco del Día Internacional de la Mujer, Malaver habló con SEMANA sobre la brecha de género en el ámbito laboral en el país y la importancia de la apertura de oportunidades para las mujeres en distintos campos.
SEMANA: Martha, para comenzar, ¿por qué es importante que una organización sea diversa?
Martha Lucía Malaver (M.M.): Está demostrado, a través de estudios, que el impacto que tiene a nivel de resultados en una organización o en un equipo es enorme. El tener diversos talentos, con formas de pensar diferentes, con creencias diferentes, con una cultura diferente, o hasta un género diferente, enriquece la forma de desarrollar proyectos. Y nos abre un poco la mente, permitiéndonos alcanzar nuestras metas de mejor manera.
SEMANA: Hay mucha desigualdad en el campo laboral entre hombres y mujeres. Como experta en este campo, ¿qué se debe hacer para cerrarla?
M.M.: Efectivamente como sociedad tenemos todavía una brecha muy grande que cubrir y como empresas tenemos una responsabilidad muy grande. Debemos comenzar a habilitar nuevos espacios para que la mujer sea protagonista. Nosotros, digamos, ya hace varios años comenzamos un proceso de transformación que incluía tener más mujeres en cargos directivos.
SEMANA: ¿Cómo se lograría esto con base a la experiencia de ustedes en SAP, Martha?
M.M.: Yo creo que lo primero es realmente tener la intención de querer a mujeres en cargos directivos. Después hay que preparar a las mujeres habilitar, además espacios flexibles para que efectivamente podamos ser capaces de desarrollar esos retos profesionales sin descuidar parte de nuestra esencia como puede ser, por ejemplo en mi caso la maternidad. Además, estas transformaciones deben ser concebidas para le largo plazo, o si no no sirven de nada.
SEMANA: Hablando sobre maternidad, muchas veces esta se ve como un obstáculo laboral para las mujeres. ¿Cómo se puede cambiar esa mentalidad?
M.M: Creo que parte de los retos es no sesgarnos por esos temas y darles la oportunidad a las mujeres. Que veamos que tienen todas las competencias para desempeñarse una forma espectacular al interior de la organización. Porque eso que estamos haciendo hoy de permitirle tener ese rol, permitirle tener protagonismo debe incluir todo lo que es una mujer, aun si se sabe que durante unos meses va a estar por fuera. Además, es trabajo se suele retribuir magníficamente.
SEMANA: ¿Por qué magníficamente?
M.M: Te voy a contar una historia para responderte. Hace varios años, en otra compañía, estábamos buscando a alguien para trabajar en nuestro equipo y la persona que más nos gustó tenía tres o cuatro meses de embarazo, o sea que a los cinco meses más o menos ya iba a estar en su licencia de maternidad, y fue a la que contratamos. Durante esos meses que estuvo dejó completamente organizado su rol para que durante los tres meses y medio de maternidad pudiera seguir operando.
Cuando volvió, ella sentía un compromiso tan genuino con la compañía porque pensaba: “Me contrataron sabiendo tenía que irme durante unos meses para tener a mi bebé”, con lo cual, cuando volvió fue una persona que brilló durante muchos años.
SEMANA: ¿Cuáles son esas características especiales que tienen las mujeres que ayudan al crecimiento una empresa?
M.M.: Hay habilidades muy propias de la mujer, que además no buscan reemplazar las de los hombres sino que las complementan. Somos muy hábiles mentalmente, captamos las emociones de las personas y al mismo tiempo somos emotivas lo que en mi experiencia ha ayudado a nivelar un poco lo racional.
También lo damos todo, como ha sido históricamente difícil estar ahí y tener esas posiciones, entregamos lo mejor. Se convierte en un propósito el poder sentir que somos necesarias, que somos supremamente útiles y trabajamos apasionadamente.
SEMANA: El mundo laboral sufrió un traspiés durante la pandemia, ¿esto influyó en la brecha de género en el plano laboral?
M.M.: La brecha se hizo aún más alta, fue un retroceso, lo empeoró. Porque durante la pandemia muchas mujeres dejaron de trabajar o incluso pidieron tener posiciones más juniors a las que tenían anteriormente para poder dedicarse a sus hijos y a la casa.
SEMANA: ¿Cómo ve a Colombia en términos de inclusión laboral comparado con el resto del mundo?
M.M.: Estamos rezagados, pues hay una apertura más fuerte en otras geografías y como país todavía nos falta prepararnos aún más para tener esos planes que permitan a la mujer ser partícipe más activa en los roles directivos en las organizaciones.