Recientemente, científicos del Colegio Médico de Georgia de la Universidad de Augusta (Estados Unidos) concluyeron que las mujeres de todas las etnias y edades son más sensibles a la sal que los hombres, y que esta propensión a retener más sal, que eleva la presión arterial, aumenta después de la menopausia.

“La realidad es que las mujeres y los hombres regulamos la tensión arterial de forma diferente y que nuestra tensión arterial inicial es distinta”, afirmó Eric Belin de Chantemele, uno de los líderes de este artículo de revisión, que se ha publicado en la revista científica Hypertension.

La hipertensión puede empezar con un fuerte dolor de cabeza. | Foto: Getty Images

En general, se cree que las mujeres están mejor protegidas contra las enfermedades cardiovasculares que los hombres hasta la menopausia, momento en que el riesgo se nivela. Los estudios de laboratorio en modelos tradicionales de ratas hipertensas, como la rata Dahl sensible a la sal, han respaldado en general estas ideas, incluida la equiparación del riesgo en los dos sexos tras la extirpación de los ovarios.

Pero en las mujeres y en algunos modelos de ratón la protección parece menos absoluta: porque hay más hembras sensibles a la sal antes de la menopausia, y la menopausia agrava tanto su gravedad como su prevalencia.

Según Belin de Chantemele, esto apoya la teoría de que el cromosoma sexual XX predispone a las mujeres a la sensibilidad a la sal, presumiblemente porque las mujeres necesitan casi duplicar su volumen de líquido durante el embarazo, y el estrógeno ayuda a mitigar parte del mayor riesgo relacionado, al menos hasta que sus niveles descienden después de la menopausia.

En la menopausia se presentan muchas alteraciones hormonales. | Foto: Getty Images

“La sensibilidad a la sal es uno de los principales factores de la hipertensión. Y, si nos fijamos en las personas que tienen hipertensión resistente al tratamiento, que es la mayoría de la gente, la mayoría son sensibles a la sal. Es muy importante conocer su causa”, apuntó Belin de Chantemele.

La sensibilidad a la sal significa que el cuerpo tiene una aparente tendencia natural a retener la sal en lugar de excretar el exceso en la orina. Según los científicos, la sensibilidad a la sal de la tensión arterial se produce cuando disminuye o aumenta más de un 10 % en respuesta a la cantidad de sal que se consume.

El consumo de sal se ve relacionado con la hipertensión. | Foto: Getty Images

La sensibilidad a la sal es un factor en aproximadamente la mitad de los casos en que la causa de la hipertensión no es obvia, como un problema renal. También contribuye habitualmente a la hipertensión resistente al tratamiento, y solo uno de cada cuatro adultos tiene su hipertensión bajo control, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).

También hay buena información en humanos de que reducir la ingesta de sal reduce la sensibilidad a la sal, y más aún en las mujeres. “Creemos que es sobre todo la vasculatura la que no se relaja en respuesta a la ingesta de sodio, lo que provoca un aumento de la presión”, explica sobre la sensibilidad femenina a la sal.

La hipertensión secundaria es aquella generada por otra afección médica. | Foto: Avel Mitja Varela/Getty Images

Los estudios en animales sobre la sensibilidad a la sal suelen indicar que los riñones, que deberían excretar más sodio cuando consumimos demasiado, funcionan bien en las hembras. De hecho, las pruebas en humanos y animales de laboratorio indican que los riñones femeninos excretan mejor la sal”, afirmó Belin de Chantemele.

El problema, al parecer, está en la vasculatura, porque la sal también debería relajar los vasos sanguíneos. “Si dilatas más los vasos sanguíneos, podrás mantener estable la tensión arterial, pero si los vasos no se relajan, así es como sube la tensión”, explica.

Más adelante, “también excretas sodio para reducir el volumen sanguíneo, pero la primera respuesta debe ser la relajación de los vasos sanguíneos. Y así es como funciona en quienes somos resistentes a la sal. Pero, al parecer, no tan bien en muchas mujeres”, detalló el investigador.

*Con información de Europa Press.