Por: Catalina Escobar

Por muchos años llevamos hablando de la equidad de género no solo en Colombia sino en el mundo. Sin embargo, hay algunas razones por las cuales no logramos avanzar de manera tan rápida y contundente. La primera, estamos exigiendo demasiado a la humanidad sobre respuestas y se nos ha olvidado un tema fundamental: ser solidarias, empáticas, porque aún seguimos siendo demasiado competitivas y a veces crueles entre nosotras.

Otro tema fundamental tiene que ver con el equal pay y las oportunidades que tenemos las mujeres en el mundo laboral, la brecha sigue existiendo pese a los esfuerzos de muchas organizaciones. Según datos de expertas feministas como Gloria Steinem, si las mujeres en los Estados Unidos ganaran por igual a los hombres en cargos similares, el aporte de las mujeres a la economía de sería de $400 billones de dólares al año que se reinvertiría a la economía y al crecimiento al PIB.

Catalina Escobar, presidenta de la Fundación Juanfe, habló del impacto de esta organización, que ha beneficiado a más de 288.000 personas. | Foto: Juan Sebastián Cruz Ruiz/Semana

A pesar de los avances legislativos y las campañas de concientización, el Gender Index Report revela que Colombia ocupa una posición alarmante en cuanto a igualdad de género, ubicándose por debajo del promedio mundial en indicadores clave como la participación política, la igualdad de salarios y la representación en cargos de liderazgo. A nivel global, las cifras son igualmente desalentadoras, con una brecha salarial persistente del 16% entre hombres y mujeres, y una representación política femenina que apenas supera el 25%.

Es claro que debido a la pandemia, hubo un retroceso clave de las mujeres donde se han visto desproporcionadamente afectadas por la crisis, enfrentando mayores tasas de desempleo, aumento de responsabilidades de cuidado no remunerado y un incremento alarmante en la violencia de género. Según datos del Gender Index Report, el retroceso en la equidad de género durante la pandemia ha sido significativo, con millones de mujeres viendo truncadas sus oportunidades laborales y su autonomía económica.

Solo para dar algunas cifras, actualmente 66 millones de niñas en el mundo no tienen acceso a la educación. Según la UNFPA, cada año en América Latina un millón y medio de jóvenes dan a luz de los 15 a 19 años de edad, eso sin contar los embarazos en menores de 15. El 16% de las mujeres que dan a luz en Colombia son adolescentes ocupando el vergonzoso segundo lugar en la OCDE después de México, al igual que el segundo lugar de mayor violencia hacia las mujeres después de Turquía. América Latina es la única región donde los partos de niñas menores de 15 años aumentaron en la última década porque no existen políticas públicas serias que enfrenten este flagelo de manera contundente. Y así podríamos seguir enumerando una serie de cifras desalentadoras sobre la equidad de género.

Catalina Escobar, la empresaria y líder social que le ha entregado su vida a los niños, niñas y mujeres de Colombia | Foto: Fucsia.co

Ante esta realidad, es imperativo pasar del discurso a la acción. No basta con declaraciones de intenciones y políticas sobre el papel. Es hora de implementar medidas concretas y efectivas que promuevan la igualdad de género en todos los niveles de la sociedad. Porque está demostrado que aumenta la competitividad, el PIB y la inclusión. Esto incluye políticas de igualdad salarial, acceso equitativo a oportunidades de liderazgo, protección efectiva contra la violencia de género y un compromiso real de todas las partes interesadas, incluido el sector privado y la sociedad civil.

Las recomendaciones Índice de Género de los ODS establece un plan de acción para el cambio, basado en seis temas transversales que caracterizan a los países que están avanzando en la igualdad de género: reformar y aplicar leyes para la igualdad de género, invertir en servicios públicos e infraestructura social, promover el liderazgo, la participación y la voz de las niñas y mujeres, cerrar las brechas de datos de género, invertir en crear espacio para y escuchar a organizaciones y movimientos feministas, trabajar en el empoderamiento de niñas y mujeres jóvenes.

Como sociedad, debemos alzar la voz y exigir un cambio real y tangible. Solo así podremos construir un mundo verdaderamente igualitario, donde todas las personas, independientemente de su género, tengan las mismas oportunidades y derechos. El momento de actuar es ahora.