El 2024 ha sido un año de grandes transformaciones, aprendizajes inesperados y retos que nos han exigido adaptarnos de manera rápida. En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, algunos luchan por mantenerse al día, mientras otros ya trazan su camino hacia el futuro. Entre los avances más impactantes, la inteligencia artificial (IA) como nunca antes, ha pasado de ser una promesa lejana para convertirse en una realidad que transforma nuestras vidas, negocios y decisiones; la pregunta ya no es si debemos adoptar la IA, sino cómo hacerlo de manera ética y responsable.

Este cambio no puede ser ignorado, adaptarse no es una opción, es una necesidad. Así lo revela un reciente informe de Accenture que señala que el 52% de las empresas planea invertir significativamente en inteligencia artificial para 2025.

El 2024 ha sido un año de grandes transformaciones, aprendizajes inesperados y retos que nos han exigido adaptarnos de manera rápida. | Foto: Andriy Onufriyenko

Pero el verdadero desafío no radica solo en implementar tecnologías de vanguardia, sino en integrarlas de manera estratégica, garantizando un impacto positivo y evitar a su vez contribuir a la deshumanización de nuestras sociedades.

De igual manera, no podemos ignorar los puntos a evaluar que acompañan estos avances; un 40% de los líderes empresariales señalan la velocidad de la innovación como una preocupación constante. Y no es para menos, los ciberataques no solo son más frecuentes, sino también más complejos, poniendo en juego la confianza y estabilidad de las comunidades; cada brecha de seguridad es un recordatorio de que la verdadera resiliencia tecnológica depende de una preparación integral.

Sin embargo, el reto más urgente es el humano; mientras las empresas invierten en herramientas de última generación, solo el 9% de los ejecutivos prioriza la capacitación del talento. Esto plantea una paradoja, tener tecnología avanzada sin contar con profesionales preparados es como poseer un carro de alta gama sin conductores capacitados para manejarlo. Sin una inversión paralela en talento, la tecnología perderá su valor y potencial transformador.

El 2025 nos desafía a innovar sin perder de vista lo esencial. Tecnologías como la IA, el 5G y la automatización están revolucionando industrias y relaciones humanas, pero la pregunta es cómo usarlas para mejorar la calidad de vida; en Accenture, creemos que el verdadero valor de la innovación está en su capacidad para construir un mundo más equitativo, sostenible e inclusivo. No se trata solo de rentabilidad, se trata de crear oportunidades para todos.

Beneficios de la Inteligencia Artificial

Al cerrar este 2024, tenemos en nuestras manos la posibilidad de tomar decisiones conscientes y responsables. Las tecnologías emergentes tienen un potencial inmenso, pero su impacto radica en cómo las empleamos para generar bienestar. Como líderes, no podemos conformarnos con avances vacíos, debemos impulsar un progreso que beneficie a la sociedad en su conjunto.

¿Estamos listos para el 2025? Esta no es solo una pregunta para las empresas, sino para todos nosotros; la responsabilidad de construir un futuro sostenible recae en nuestra visión colectiva y en nuestra acción compartida. La innovación tecnológica nos da las herramientas; el reto es usarlas con propósito.

Por: Carolina Botero, Presidenta de Accenture Colombia