¿Cuál identifica hoy como uno de los mayores cambios desde que decidió dedicarse a ayudar a los latinos a vivir una vida feliz y abundante, emocional y financieramente?
MARGARITA PASOS: Lo que que más ha cambiado es mi mente. De hecho, es lo que me ha permitido avanzar en mi carrera para poder ayudar a miles de personas a que entiendan que es el mundo interior, y no el exterior, el que define nuestros resultados: quitarte tus techos mentales, tu resiliencia, enfoque, metas. No hay que dejar que las situaciones externas nos definan, lo que yo llamo ‘es-que-zofrenia’: “es que la economía, es que el precio del dólar, es que el vecino, es que el suegro”; esas cosas tú no las puedes cambiar.
Entendiendo lo difícil que puede resultar para una mujer llegar a una posición como la que usted tiene hoy, ¿qué fue lo más retador en ese camino?
M.P.: Jamás, y te lo digo de todo corazón, he sentido que ser mujer ha sido un freno. Al contrario, me ha abierto muchas puertas. Y ahí viene el enfoque y la explicación que nosotros le damos a las cosas. Para mí, ser mujer en un gremio donde lamentablemente todavía predominan los hombres es una ventaja. Estoy abriendo camino para mis compañeras. Hay que combatir los techos mentales: “es que no voy a poder porque soy mujer, es que me van a discriminar porque soy mujer”.
Entonces, ¿cree que las mujeres muchas veces se ponen un techo mental?
M.P.: Mira, la mente tiene un filtro que se llama sistema reticular activo o activado, ( RAS, por su sigla en inglés). Si me compro un carro de una marca y un color, empiezo a ver ese carro por toda la ciudad. Si estoy embarazada, empiezo a ver mujeres embarazadas. Si estoy en muletas, empiezo a ver más gente en muletas. Ese filtro te muestra lo que es importante para ti. Entonces, si me meto en la cabeza que por ser mujer se me van a cerrar puertas, me van a discriminar, eso es lo que voy a empezar a ver.
¿Cuál es el problema más recurrente por el que la consultan empresarias y emprendedoras?
M.P.: En mi carrera he decidido poner una diferencia entre emprendedora y empresaria, porque son dos mentalidades diferentes. La emprendedora tiene una mentalidad más de lo que yo le llamo ‘zoila’, “soy la que factura, soy la que vende, soy la de marketing” y eso es muy difícil de escalar y terminas agotado al final del día. Eso termina pasándote factura con tu familia y con tu salud. Cuando uno empieza a cambiar la mentalidad y empieza a pensar más como empresaria, desarrolla el liderazgo, crea equipos y entiende que el pulso de un negocio es la rentabilidad.
Los logros de mujeres líderes como usted inspiran a muchas otras a creer en sí mismas. ¿Qué es lo más difícil de creer en uno mismo? ¿Por qué es tan complicado?
M.P.: Porque la persona con la que más hablamos es con nosotros mismos, y muchas tenemos nuestra mente sintonizada en ‘radiomiseria’ y somos especialistas en darnos palo. Pero eso sí, somos maravillosas amigas: “Amiga, tú puedes. Amiga, esto que te pasó te va a ser más fuerte”, le decimos a nuestra compañera, pero después nos miramos en el espejo y decimos: “como estoy de gorda, como estoy de fea”, vamos a donde un cliente, “qué mal que lo hice, esto no me va a funcionar”. Entonces tenemos que aprender a ser nuestras mejores amigas, aprender a creer en nosotras, a decir, yo soy suficiente, me gusta quién soy, yo soy hábil, completa y capaz.
Después de 25 años de carrera, ¿ha tenido episodios recientes donde su mente se haya sintonizado con la “radiomiseria”?
M.P.: Hace poco, cuando me llegó el reconocimiento de la revista People como una de las 25 latinas más poderosas del 2023, mi primera reacción fue: “no lo merezco. Cómo es que yo estoy al lado de Shakira, de Rosalía, de Karol G, de Ana de Armas”. Y en ese momento inmediatamente reaccioné y le hablé de regreso a mi mente: “no, un momentico. Yo llevo 25 años trabajando durísimo en mi mente. ¡Claro que lo merezco, me felicito!”. Tenemos que aprender a darnos crédito, a felicitarnos, a motivarnos, a ser nuestras mejores amigas. Eso es muy importante porque, como expliqué antes, es el mundo interior. Todo el mundo puede creer en ti y si tú no crees en ti, es muy difícil que salgas adelante.
¿Tiene un mantra que la empuja?
M.P.: Claro que sí. Yo todo el tiempo digo: “va a funcionar porque yo voy a hacer que funcione”.
¿Cuál fue el detonante que contribuyó a la formación de la Margarita Pasos que hoy todos conocemos?
M.P.: Yo diría que no hay uno, hay muchos, pero un momento muy fuerte fue cuando tuve un ataque de pánico en un aeropuerto que me llevó a depresión severa y a un desorden del pánico. Así lo diagnosticaron. Eso no me permitía salir de la casa, me costaba tragar, eso fue en el año 2001. Bajé mucho de peso en menos de tres semanas. Cuando logré salir de ese episodio de mi vida, encontré mi propósito.
Oprah Winfrey dijo una vez que mucha gente busca su propósito y a otras personas el propósito los atropella. Pues a mí me atropelló y es muy bonito porque yo siempre le digo a la gente, en tu dolor puedes encontrar un propósito, y por eso empecé a estudiar cómo funcionaba la mente, el sistema nervioso autónomo y todo lo que empecé a aprender me cambió la vida y me dije: “ok, ya no solamente quiero hablar de ventas, de ingresos, de éxito, de manejo del tiempo, ahora quiero hablar de la inteligencia y las emociones”.
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