Con presidentes de Senado y Cámara afines, el gobierno logró en tiempo récord tramitar la reforma tributaria, el acuerdo de Escazú y una ‘Paz Total’, que no dieron tiempo a unos debates maduros y enriquecidos a través del diálogo entre partidos de gobierno y oposición.
Sin embargo, a partir de la segunda legislatura que inició en julio del 2023, el panorama del Gobierno cambió gracias, en parte, a la salida de Roy Barreras del Congreso, líder gobiernista con experiencia y manejo de la agenda legislativa y, también, por la radical postura asumida desde el Palacio de Nariño para no llegar a acuerdos que permitieran transitar las reformas sociales que el país requiere y está en disposición de tramitar.
El presidente golpeó el tablero y rompió la coalición que lo acompañaba. Tanto el partido conservador como el partido de la U y el partido Alianza Social Indígena se declararon en independencia restando fuerza al Gobierno en el Congreso. Poco a poco, la intransigencia del poder ejecutivo fue minando su caudal político y si bien mantiene el ímpetu, es poco lo que resulta de su agenda legislativa. Este periodo estuvo marcado por un desgastante proceso de aprobación de la reforma a la salud, en segundo debate en Cámara, que generó un monumental trancón legislativo en el Congreso.
De acuerdo con Sonar, nuestro sistema de monitoreo de asuntos regulatorios, en el primer periodo de la legislatura 2023-2024 se radicaron 551 proyectos de ley (62 por ciento en la Cámara de Representantes y 36 por ciento en el Senado), y de estos, apenas 15 han sido aprobados (2 por ciento), 13 se encuentran pendientes de sanción y 53 fueron archivados.
Así las cosas, 470 proyectos continúan su trámite de cara al segundo periodo de la legislatura 2023-2024, de ellos, 316 se encuentran pendientes por surtir su primer debate. Si esta tendencia se mantiene de aquí al 20 junio de 2024, fecha en la que termina la segunda legislatura, una considerable cantidad de proyectos será archivada por falta de trámite.
Este significativo estancamiento de proyectos tomará, al final de la legislatura, uno de dos caminos: en el primero la agenda del Gobierno fracasará porque los congresistas darán trámite priorizando sus iniciativas; en el segundo las agendas de los legisladores se caen porque deciden dar trámite a las agendas propuestas desde el Palacio de Nariño, tal como ocurrió durante el último mes con la reforma a la salud.
El gobierno por su parte continuará con su estrategia basada en el menudeo de votos, donde cumplen un papel fundamental los ministros Luis Fernando Velasco y Mauricio Lizcano en la negociación, uno a uno, de políticos afines a Petro en el Partido Verde, el Partido Liberal y el Partido de la U. Una apuesta que ha elevado la confrontación interna de los partidos políticos generando división y ruptura especialmente entre los liberales y los verdes quienes aún tienen pendiente su definición y declaratoria de independencia.
Con un entorno político frágil, los alcaldes electos emergen como nuevos actores en el escenario político en una dinámica gana/gana, buscando priorizar sus intereses y proyectos a nivel local y regional. Los nuevos dirigentes requerirán el respaldo del Gobierno, lo que los impulsará a moderar sus posturas y ampliar su margen de negociación.
Así las cosas, tramitar la agenda del Gobierno en el Congreso no será tarea fácil, sus reformas pensional, laboral y de salud aún no cuentan con el ambiente propicio para surtir su trámite en el legislativo y lograr su aprobación; al parecer es muy factible que se hundan en el proceso. Sin embargo, en el último mes, el presidente Petro demostró tener capacidad para lograr los votos y continuará su agenda radical buscando, en el menudeo, la aprobación de sus proyectos.
Socia de Escandón Abogados y Orza*
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