Fotos: Esteban Vega.Texto: Rodrigo Urrego B.Enviados SEMANA, Kazán, Rusia.La Selección Colombia se juega la vida en 90 minutos. Los disputará en el Arena de Kazán, la tercera ciudad de Rusia, la que alguna vez fue su capital. Su rival será Polonia, que en teoría, tendría todo para ser local, pues de los países que participan en el Mundial, es el más próximo al territorio ruso.Pero Kazán, capital de la república de Tartaristán, no parece territorio dominado por los polacos. El idioma que domina este domingo es el español, y las camisetas amarillas y las banderas de Colombia son las que se imponen. Polacos y colombianos conviven en armonía. No es una guerra. En el fútbol hay rivales, pero nunca enemigos. Y los que han llegado de Varsovia, o de las demás ciudades polacas, lo primero que hacen cuando ven a los de la marea amarilla es tomarse fotos con ellos, gritar ¡Colombia, Colombia! -en un acento tan enredado como el tártaro-, desearles suerte, aunque su fe católica, tan intensa como la que se profesa en el país del Sagrado Corazón de Jesús, los tiene convencidos en que se llevarán la victoria.Puede leer: Todo o nada: esta sería la titular de Colombia frente a PoloniaLa sede del encuentro tiene apenas 1,2 millones de habitantes, pero es la ciudad con mayor diversidad étnica de Rusia. Los registros señalan que allí viven personas de más de 150 nacionalidades, y sus principales confesiones religiosas son los suníes, cristianos ortodoxos, católicos, protestantes, judíos, y musulmanes. De hecho, el Rubín Kazán, el equipo de fútbol de la ciudad, tiene la fama de ser el de todas las religiones. En las tribunas de su casa, el Arena Kazán, cristianos y musulmanes son uno solo, como si estuvieran en el Templo de todas las Religiones, ubicado también en la capital tártara, una casa en la se reunieron elementos de 16 religiones, pero que extrañamente se incendió cuatro meses antes de la Copa del Mundo. Por todo ello, Kazán parece ese paraíso prometido, donde las palabras paz, armonía y convivencia parecieran hacer parte de su escudo. El Kremlin de Kazán –declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco en el año 2000- es la mayor prueba. A la mezquita Kul Sharif (Qol Šärif), es el mayor templo de los musulmanes en Rusia. A pocos pasos, la Catedral de la Anunciación, lugar de los católicos. Ambas construcciones estaban invadidas por polacos y colombianos en la víspera. Los dos países ya no tienen mañana en el Mundial. El que pierda se marchará. Un empate solo podría extender la agonía.En la noche, el partido deambula en la mente de todos. Pero en la muralla del Kremlin, sobre el Lago Negro, que hace recordar a las noches de Cartagena todo es fiesta y borrachera. Quizás mejor llegar en ese estado al duelo decisivo, por lo menos para que la hora de la verdad llegue sin tanta ansiedad. Colombia y Polonia. Dos rivales, pero dos amigos en Kazán. Llegó la hora.