El ex presidente chileno Ricardo Lagos (2000-2006) visitó Colombia para hablar sobre los retos de la democracia en América Latina en el foro internacional con ocasión de los 20 años del asesinato de Luis Carlos Galán. Semana.com habló con él. SEMANA: ¿Cuáles son esos retos para la democracia en la región? R.L.: El primero sería democracia política. Y eso pasa por las instituciones, la división de poderes. Por momentos algunos parlamentarios se quejan de un presidencialismo extremo, otros en el poder judicial dicen algo parecido. Segundo, cómo establecer una institucionalidad sólida, de manera que cuando hay que hacer definiciones no es acerca de procesos, porque están definidos. Por ejemplo, en el caso de las elecciones primarias en Estados Unidos, si no existieran procesos definidos y respetados por todos, Barack Obama no existiría. Porque hay una institucionalidad sólida él puede decir ‘me presento con otros 10 o 12 candidatos del partido demócrata’. Pero aquí, en nuestra América, comenzamos a discutir qué tipo de primaria hacemos, si es que hacemos primarias. En cambio allá entras directamente. Porque hay una institucionalidad, no se discute el proceso. Se discute qué hacer en materia de salud, de migración, que se yo. Ese es un punto muy importante. También es importante cómo damos cuenta en nuestros sistemas políticos a aquellos otros actores. En el pasado pensábamos que la correa de trasmisión de la democracia era el partido político. Hoy eso no es así necesariamente. Porque cuando vas a hacer una autopista y te dicen ‘no’, es la sociedad civil la que se organiza porque no quiere que la autopista pase por allí. Tercero, cómo introduces a tu favor los nuevos medios de comunicación. El internet, el twitter, todos estos medios. Obama los sigue usando hoy con la reforma de salud. SEMANA: ¿Y en el ámbito económico? R.L.: Para que la democracia funcione tiene que haber una base material que es el crecimiento económico. Las sociedades quieren progreso. Somos países de ingreso medio. La crisis nos enseñó que tenemos que tener políticas anticiclicas. Nuestros países deben tener presupuestos estructurales ¿podemos tener unas políticas de superávit estructural para tener políticas anticiclicas? En mi país se introdujo el superávit estructural en el año 2001, en mi primer presupuesto. Eso quiere decir que voy a gastar de acuerdo al precio del cobre -que para Chile es muy importante- a largo plazo. Cuando el cobre estaba a 60 centavos la libra, yo gastaba como si estuviera a 89. Cuando llega a tres dólares, la presidenta Bachelet gasta como si estuviera a 1.60. Y hoy tenemos una cantidad de recursos para enfrentar la crisis. Cuando hubo una contracción, gastamos más. Con crisis, gastas más de lo que pudieras. Hay otro tipo de temas en el ámbito económico que son desafíos, como tener una economía en una baja intensidad de emisiones de carbono. En este siglo XXI, de aquí a cinco años lo primero que van a preguntar sobre un país después del ingreso per capita es cuanto emite. Si sabemos que en el mundo del futuro el tema del carbono y la emisión de gases de efecto invernadero que producen el cambio climático va a ser crucial, preparémonos anticipadamente. También están los desafíos desde el punto de vista social, cómo hacer una democracia en la que el fruto de ese crecimiento llegue a todos y no se quede en algunos. No hablo de populismo, sino de políticas sociales efectivas. El último tema es cómo hacer de nuestra diversidad cultural parte de nuestra riqueza. Los países que no tienen cohesión social interna difícilmente pueden competir afuera. Estos son temas centrales en cada uno de nuestros países. SEMANA: Volviendo al tema de las reglas de juego. ¿Qué opina de la ola reeleccionista en el continente? R.L.: Tiene que ver con la fuerza de las instituciones. En un sistema parlamentario tu no discutes. Te eligen primer ministro tantas veces como elecciones ganes, o hasta que pares. Yo no me niego a que sea un tema a discutir, pero sí creo que hay que sacar bien las cuentas. En Chile, en mi periodo presidencial de seis años se adelantó una reforma para reducirlo a cuatro. Yo quise plantear que fuera al menos con una reelección. No hubo ambiente. SEMANA: En Chile y Brasil los presidentes tiene altos índices de aprobación y la oposición puntea las encuestas presidenciales, y sin embargo ellos no están hablando de cambiar las reglas R.L.: En Chile eso es imposible. En Brasil ya se cambiaron una vez las reglas con el presidente Cardoso. Cada país resuelve sus temas. En Chile puedes volver después de un periodo intermedio. SEMANA: Usted fue un presidente muy popular y, aunque podía, decidió no postularse de nuevo este año. ¿por qué? R.L.: Te puedo dar una respuesta políticamente correcta y decir que había nuevos candidatos y nuevas expresiones. Pero más importante, me parecía que había que introducir orden en la coalición y no lo había. Yo puse ciertas condiciones, porque hay que tener condiciones para gobernar.