Miles de activistas de organizaciones sociales argentinas se manifestaron este miércoles 17 de mayo en Buenos Aires, frente a la casa de gobierno, en una “marcha federal” por “salarios, trabajo, contra el hambre y la pobreza”, cuando el país atraviesa una crisis con inflación de más de 100 % anual.
Los manifestantes –desde trotskistas a peronistas disidentes del Gobierno, pasando por adeptos al papa Francisco– portaban carteles con consignas como “basta de hambre y ajuste” y “repudiamos el ajuste del FMI”, en rechazo al acuerdo firmado en 2022 por el presidente Alberto Fernández con el Fondo Monetario Internacional (FMI), por un crédito de 44.500 millones de dólares que supone restricciones fiscales y monetarias para el país.
Esa línea crediticia contra la que protestaban las organizaciones sociales fue renegociada por el actual Gobierno, sobre el préstamo original contraído en 2018 por el Ejecutivo de Mauricio Macri (2015-19).
Para esta “marcha federal piquetera” se unieron agrupaciones de distinto signo político, que agrupan a sectores desfavorecidos de la sociedad, desocupados y beneficiarios de ayudas alimentarias, entre otros, conocidos en el país como “piqueteros”.
“Es muy importante la unidad que se da en la calle para enfrentar el ajuste. Hoy lo que se está padeciendo es el ajuste, la pobreza, la desocupación, es no poder llegar a fin de mes. Por eso es importante la unidad para enfrentar a este gobierno que va de la mano del FMI”, declaró Celeste Fierro, dirigente de 37 años del Frente de Izquierda (FIT), a la AFP.
Bajo banderas argentinas, cartelones con la imagen del Che Guevara, Juan Perón y Eva Perón, llegaron hasta la histórica Plaza de Mayo pobladores de los empobrecidos suburbios y habitantes de los asentamientos de miseria de la capital.
Caminaban por la Avenida de Mayo cartoneros (recicladores de basura), trabajadores no registrados, trabajadores en lucha por mejores salarios y subsidiados por el Estado con sumas que no cubren la canasta básica de supervivencia de 200.000 pesos (unos 800 dólares para cuatro personas, según estadísticas del estatal Indec), constató la AFP.
El índice de pobreza se ubica en 40 % de argentinos, aunque golpea más a la infancia porque dos de cada tres niños (66 %) son pobres o están privados de derechos básicos, según la organización internacional Unicef.
Los niveles de privación alimentaria afectaron a un tercio de la población de los niños, niñas y adolescentes, en el segundo semestre de 2022, de acuerdo con el Observatorio de la Deuda Social, que realiza la Universidad Católica Argentina.
Entre los convocantes a esta protesta está la Unión de Trabajadores de la Economía Popular, que reúne a trabajadores vulnerables, cuyos dirigentes se identifican con la doctrina social de la Iglesia católica (credo mayoritario en Argentina) y las prédicas en favor de los pobres del papa Francisco.
Argentina, de 46 millones de habitantes, padece una inflación fuera de control que llegó al 8,4 % en abril, con acumulados en lo que va del año de 32 % y de 108,8 % interanual, según datos del Indec.
“Hace un año que el presidente Alberto Fernández dijo que iniciaba la guerra contra la inflación, pero parece que puso la banderita blanca y ya se rindió, como pudo verse este mes con una inflación de más de 8 %”, sostuvo Nahuel Orellana, de 32 años, integrante del Movimiento Socialista de los Trabajadores-Teresa Vive.
El tipo de cambio paralelo aumenta a diario, con 100 % de brecha con el dólar oficial, factor de desestabilización para la economía y para los planes de Fernández y su ministro de Economía, Sergio Massa, que buscan contener la presión sobre el billete verde.
Massa es un potencial candidato oficialista para las elecciones presidenciales del 22 de octubre, un evento clave que explica las tensiones sociales.
Las autoridades acaban de lanzar nuevas medidas económicas, entre ellas un incremento de la tasa de interés del 91 % al 97 % en un intento de contener la inflación.
El Gobierno dispuso este miércoles que se dupliquen las devoluciones de impuestos para los pobres al adquirir alimentos, medicamentos y productos de higiene.
La movilización culminó con un campamento de activistas en la Plaza de Mayo y el jueves habrá un acto de cierre, luego de haber arrancado el lunes con marchas desde las provincias del sur, del oeste y del norte del país.
*Con información de la AFP.