El “grind” o “grindadrap” es una tradición ancestral de caza de cetáceos que se lleva a cabo en las islas Feroe, territorio autónomo danés en el mar del Norte. La práctica consiste en rodearlos, acorralar con barcos un banco de pequeños cetáceos en una bahía y ahí los delfines quedan al alcance de pescadores que esperan en tierra para matarlos con cuchillos.

El pasado domingo se llevó a cabo la tradición y murieron más de 1.400 delfines. Sin embargo, pese al malestar que la práctica suscita, el gobierno de las islas Feroe defendió este martes la caza. “No hay duda de que la caza de cetáceos en las islas Feroe es un espectáculo dramático para aquellos poco acostumbrados a cazar y matar mamíferos. Sin embargo, estas cacerías están bien organizadas y totalmente reguladas”, declaró un portavoz del gobierno de Torshavn.

Sobre la misma línea, se aclaró que suelen ser ballenas piloto, conocidas también como calderones; no obstante, el domingo fueron 1.423 delfines de flancos blancos cuya caza también está autorizada. “No tenemos tradición de cazar estos mamíferos, suele haber unos cuantos en la caza, pero no solemos matar a tantos”, explicó un periodista de la televisión pública local KVF, Hallur av Rana.

De acuerdo con lo explicado, nunca se había realizado una captura de tan grande magnitud en el archipiélago, pero las fotos que dejó el evento han dejado muchas críticas. “Parece bastante extremo e hizo falta tiempo para matarlos a todos cuando generalmente es bastante rápido”, añadió el periodista, que además afirmó que el 53 % de la población del archipiélago se opone a la pesca de esta especie.

Cabe señalar que la ONG Sea Sheperd considera que el “grind” es una práctica “bárbara”. Sin embargo, las autoridades de la isla sostienen que es un sistema de “caza sostenible”, de acuerdo con lo explicado, pues el producto de esta pesca no se utiliza, sino que se utiliza la carne.

Por otro lado, según estimaciones locales, hay alrededor de 100.000 calderones en aguas alrededor de este archipiélago de unos 50.000 habitantes.

Delfín. | Foto: Semana

Mientras esto ocurre, en el mar mediterráneo se desarrolla un plan de estricta vigilancia para el delfín mular, una especie que permanece bajo amenaza de extinción. De acuerdo con la Tursmed 2, el plan busca favorecer la conservación de esta especie que fue clasificada como vulnerable en el congreso mundial que realiza la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

El primer objetivo de este proyecto es “recoger el máximo de datos, de presencia y ausencia”, resumió Andrea Antich, responsable de la misión Tursmed 2, porque actualmente “no tenemos suficiente para calcular las cifras de la población”.

“En el Mediterráneo no es posible evaluar el estado ecológico de los cetáceos por falta de campañas en el mar”, manifestó Benjamin Guichard, encargado de misión de la OFB.

“Tenemos solo una visión parcial de las especies. Antes de los años 2000, y en especial antes del primer sobrevuelo del Mediterráneo en 2011, no sabíamos nada de nuestros mamíferos marinos”, indicó. Cabe señalar que, de acuerdo con los expertos, uno de los riesgos para este depredador es la captura accidental, debido a que por falta de alimento se acercan demasiado a las redes de pesca.