El viernes en la noche, mientras la Autoridad de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos, FDA, estaba aprobando la vacuna contra el coronavirus de Pfizer y BioNTech, y el presidente Donald Trump calificaba el hecho como un “milagro médico”, Estados Unidos se enfrentaba a las peores cifras de contagiados y muertos que se han visto en ese país desde que comenzó la pandemia.
Con 3.309 muertos y 231.775 nuevos casos en un solo día, ese país alcanzó cifras escandalosas: casi 16 millones de casos acumulados y 295.539 muertos, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
Para poner las cifras en perspectiva, cuando sucedieron los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas, murieron 2.977 personas, un poco menos que las que fallecieron solo el viernes por coronavirus.
Los lugares más críticos, de acuerdo con el Covid Tracking Project, son: Dakota del Norte, que tuvo un particular aumento en las últimas horas, y Nueva Jersey, que tiene la tasa de mortalidad más alta de ese país. Además, según el Instituto de Evaluación y de Métricas para la Salud de la Universidad de Washington (IHME, por sus siglas en inglés), las hospitalizaciones por covid también aumentaron en el país y se ubicaron en una cifra récord de 108.044.
La vacuna
La aprobación de la vacuna vino con dos promesas: la primera, que en menos de 24 horas comenzarían las inmunizaciones; la segunda, que 20 millones de dosis serían administradas antes de que se terminara el año. Eso llenó a muchos de esperanza, pero también causó suspicacias en un país donde el movimiento de los llamados “anti-vaxxers” (o antivacunas) ha crecido a lo largo de la pandemia.
Y más cuando se conoció que en el Reino Unido, que comenzó la vacunación la semana pasada, se supo de algunos casos de reacciones alérgicas con la vacuna de Pfizer y BioNTech, la misma que fue aprobada en Estados Unidos.
El Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, participó el miércoles pasado en un foro de CNN y la Universidad de Harvard y enfrentó el tema. Cuando le preguntaron por las reacciones alérgicas dijo: “Obviamente, despierta algo de preocupación. Al implementar la vacuna en un espacio clínico y estemos hablando de millones de individuos siendo vacunados, es de esperarse que se vean efectos que no aparecieron en las pruebas”.
Por eso, aunque las reacciones alérgicas frente a la vacuna no se descartan, eso no significa que la vacuna sea peligrosa o inefectiva.
Frente a la posibilidad de alergias, el Dr. Peter Marks, director de evaluación médica de la FDA, dijo el sábado que en la institución contaban con “buenos sistemas de seguridad y vigilancia, en conjunto con los Centros de Prevención y Control de Enfermedades, y seguramente habrá que modificar algunas cosas a medida en que avancemos”.
Además, el comisionado de la FDA, Stephen Hahn, dijo que para la aprobación no se sacrificó la seguridad y, por eso, desmintió las versiones que afirmaron que miembros del Gobierno lo amenazaron con despedirlo si no cumplía una fecha límite para la aprobación de la vacuna. “El [director de evaluación médica de la FDA] Dr. Marks y yo tenemos muy claro, desde el principio, que vamos a mantener la integridad del proceso científico. Vamos a dejar que nuestros científicos hagan su trabajo, revisen y respeten el proceso de toda la aprobación. Es un estándar de oro, si quieren llamarlo así”.
La vacuna, actualmente, se presenta como la primera línea de contención frente a un drástico aumento de casos y muertes que se proyecta para comienzos de 2021 en Estados Unidos. De acuerdo con un modelo del IHME de la Universidad de Washington, más de 500.000 personas van a morir por covid-19 antes del primero de abril. Todo debido al estrés en las unidades de cuidado intensivo que se van a dar en 48 estados.
Sin embargo, de acuerdo con el IHME, hay algo más útil que la vacuna: su modelo estima que el 73 % de los estadounidenses, en promedio, utilizan el tapabocas cuando salen de su casa. Su cifra es optimista, pero si pudiera crecer las muertes en Estados Unidos se reducirían, también, drásticamente.