Por medio de un comunicado oficial emitido horas después de conocerse el bombardeo que efectuó Estados Unidos contra el ahora muerto líder del Estado Islámico (EI), Abu Ibrahim al Hashimi al Qurashi, Unicef confirmó el fallecimiento de seis niños en la operación bélica.
“Seis niños murieron y una niña resultó gravemente herida la pasada noche en la ciudad fronteriza de Atme, en el noroeste de Siria, debido a la intensa violencia”, se lee en el documento.
Además, agregó que por consecuencias del clima que se vive en la región otros menores de edad también han perdido la vida estos últimos días.
“El incremento de la violencia se produce en medio de unas frías condiciones climáticas y registros de temperaturas bajo cero en Siria y en la región que también dejan al menos cinco niños sirios muertos”, dice el comunicado.
Aunque muchos están culpando directamente a Estados Unidos por la trágica muerte de estos menores, la Casa Blanca se defiende y responsabiliza al terrorista dado de baja.
Un alto funcionario del Gobierno sostuvo que el líder del EI se inmoló durante la operación haciendo estallar una bomba que cargaba. “Al principio de la operación, el objetivo terrorista hizo estallar una bomba que lo mató, así como a miembros de su propia familia, entre ellos mujeres y niños”, dijo.
Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), los militares estadounidenses aterrizaron en helicópteros cerca de los campos de desplazados de la localidad de Atme, una región de la provincia de Idlib, y luego estallaron enfrentamientos. Trece personas murieron, entre ellas cuatro mujeres y tres niños, informó la oenegé, que no dio más precisiones sobre las víctimas.
Unicef también había advertido en días pasados y denunciado muertes de niños en Irak, país que tiene frontera con Siria.
“Cuatro niños han muerto y dos han resultado mutilados durante la última semana como consecuencia de incidentes relacionados con artefactos explosivos en dos localidades de Irak”, denunció la representante de Unicef para el país de Oriente Próximo, Sheema Sengupta.
En este contexto, desde el organismo de Naciones Unidas han lamentado que este no sea un incidente aislado, pues a lo largo de 2021 un total de 125 menores se vieron afectados, 73 quedaron mutilados y otros 52 perdieron la vida, por restos explosivos de la guerra y municiones sin detonar.
“Se necesitan esfuerzos concentrados más fuertes para reducir el impacto cada vez mayor de estos explosivos, especialmente en los niños, ya que el número de víctimas infantiles aumentó 67 % en comparación con 2020″, añadió Sengupta.
Con respecto a los acontecimientos mencionados, el organismo ha detallado que ocurrieron en la provincia de Babilonia y en Bagdad mientras los menores realizaban “tareas diarias”. En este sentido, reiteraron la necesidad de defender la seguridad infantil.
“Los restos explosivos de guerra continúan siendo la razón principal de las víctimas civiles, siendo los niños especialmente vulnerables: su tamaño más pequeño los hace más propensos a recibir el impacto total de la explosión, haciéndola aún más letal”, explicó la enviada de Unicef en Irak.
*Con información de Europa Press.