Kim Kardashian saltó a la fama mundial gracias al show de televisión en el que, junto con sus hermanas, mostraba las intimidades de su vida diaria. Por esa razón, no resultó extraño que su separación del rapero Kanye West terminara siendo todo un espectáculo.

Desde inicios de este año, la pareja, que llevaba casada cerca de seis años, comenzó a mostrar señales de separación y la prensa mundial empezó a hacer eco de la desunión y el inicio del divorcio de uno de los matrimonios más poderosos del mundo del espectáculo; sin embargo, la forma cómo se ha abordado no ha sido del agrado total del rapero estadounidense.

Según revelaron varios medios internacionales, West, de 43 años, estaría molesto por la forma en la que se está presentando el proceso de separación, pues, según fuentes cercanas al rapero, no es cierto que haya sido Kim Kardashian la que inició el proceso de separación, sino que fue él quien decidió alejarse de la celebridad, algo que ha venido declarando desde hace varios meses.

Para el cantante, la única razón de permanecer junto a la empresaria de 40 años son los cuatro hijos que tienen en común (North, Saint, Chicago y Psalm). Las fuentes cercanas al matrimonio aseguraron que West quería separarse y que fue Kardashian quien hizo todo lo posible por mantener la relación.

“Incluso antes de que Kim solicitara el divorcio, Kanye cambió sus números y dijo: ‘Pueden comunicarse conmigo a través de mi seguridad’”, según aseguró una de las fuentes al medio “Page Six”.

La fuente agregó que “Kim no está segura de cómo será el futuro, pero le ha dejado claro a Kanye que puede pasar tiempo con sus hijos cuando quiera”.

De acuerdo con el portal TMZ, West respondió a la demanda de divorcio solicitando la custodia legal y física conjunta de los 4 hijos de la pareja, al igual que Kim, lo que quiere decir que en esa división es probable que Kim tenga a los niños la mayor parte del tiempo.

Sobre la manutención conyugal, tanto la estrella de las redes como el cantante quieren cerrar esa puerta. Por otro lado, en términos de propiedades y dinero, todo resulta aparentemente fácil de resolver, gracias al acuerdo prenupcial al que ambos accedieron años atrás. Y es que teniendo cada uno su propio emporio y fortuna, no tendrán problemas en ese sentido.

Page Six afirmó que aunque la pareja ya venía con problemas desde hace meses, por lo que tuvieron que acudir a terapia, la gota que derramó el vaso fue la extraña aspiración política de West en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, que se desarrollaron en noviembre del año pasado.

Kim ha tratado de pasar la mayor parte del tiempo desde la ruptura, rodeada por su familia, y ha reconocido flaquear en algunos momentos, como se ha visto en el tráiler de la última temporada del ‘reality’ Keeping up with the Kardashians, grabado el año pasado, en el que se le ve diciendo entre lágrimas “Me siento como una maldita perdedora”. El show sin duda dejará ver un poco más de cerca lo que vivieron en sus últimos meses juntos, afrontando dificultades como el trastorno bipolar de West.

Aunque aún parece no sentirse recuperada de todo esto, Kardashian está decidida a permanecer sola sentimentalmente hasta que todo esto pase. En el caso de West, el divorcio puede ser la menor de sus preocupaciones. Esta misma semana se ha conocido que Steve Stanulis, antiguo guardaespaldas del excéntrico rapero, se encuentra negociando con grandes estudios la producción de un documental sobre la relación jefe-empleado que los unió en el pasado.

Stanulis asegura tener muchas historias sobre el músico para contar, lo que ha comenzado a revelar en diferentes entrevistas en los últimos años. Ni siquiera una demanda interpuesta en 2016 por su antiguo empleador, por supuestamente infringir un acuerdo de confidencialidad, lo ha detenido.