En medio de las masivas e históricas marchas que se presentaron en China durante las últimas semanas, en las que los ciudadanos manifestaron su inconformidad con las políticas de cero tolerancia a la covid-19, que ha mantenido estrictos cierres en el país asiático durante los últimos dos años, mismas en las que cientos de personas fueron reprimidas por las autoridades.
Y añadido a esta situación, el alza de contagios de gripe a nivel mundial, que ha estado llenando hospitales, además, con contagios de la covid-19 por el cambio del clima, lo que ha hecho que China llegue a reportar cifras casi sin precedentes de casos diarios, con 40.000 casos de media en la última semana.
Ante este panorama y siguiendo con los compromisos que adquirieron para hacer frente a las multitudinarias protestas, las autoridades chinas han proseguido durante las últimas horas con su política de relajación de las restricciones contra la pandemia de coronavirus en las principales ciudades a pesar de que el país sigue padeciendo.
De momento, las autoridades de la capital, Pekín, han cancelado las medidas que requerían la presentación de permisos de acceso al transporte público y residentes de ciudades como Chengdu o Cantón ya no tienen que presentar una prueba negativa de coronavirus para acceder a la mayoría de lugares públicos.
Todos los centros comerciales de Pekín abrirán sus puertas este sábado, pero todavía no servirán comidas y será necesaria una prueba negativa para entrar en los comercios. A pesar de las limitaciones, se espera que se reactive la economía de a pocos en estos lugares, dando una esperanza a los comerciantes.
Es de recalcar que, los intentos para erradicar la estricta ley en contra de la covid-19 llegaron hasta lograr que la agencia oficial de noticias, Xinhua, publicara un editorial el pasado viernes en el que pedía el levantamiento inmediato de las medidas restantes tras avisar del gran impacto que ha representado la política de “cero COVID” declarada por las autoridades sobre la población.
Este hastío alcanzó un punto álgido la semana pasada, cuando el país se convirtió en escenario de protestas, especialmente en la región de Xinjiang, en el noroeste del país, donde murieron diez personas ante la tardía intervención de los bomberos, precisamente debido a las medidas de control sanitario.
Y a pesar de las acciones que ha tomado el país para poder hacer frente al descontento de la población, se le suma los aumentos de contagios en aéreas fuera de control, puesto que la capital, según recuerda el ‘Global Times’, informó el viernes a media tarde de 1.738 nuevos casos en las últimas horas, de los cuales 123 fueron identificados en zonas fuera de cuarentena.
Otros de los motivos que llevaron a las protestas en China fueron los múltiples decesos por los retrasos en los tratamientos médicos causados por las medidas anticovid. Incluso, en las redes sociales, se hizo viral un mensaje con todos los nombres de las personas fallecidas por negligencias debidas a las restricciones sanitarias.
Fue el caso de un bebé de cuatro meses que falleció recientemente por tener que estar en cuarentena con su padre. Además del caso de una madre en enero, en la ciudad de Xi’an, donde una mujer embarazada perdió a su bebé en las puertas de un hospital que no le dejaba entrar por no tener un test de detección del virus con resultado negativo.
Muchas otras ciudades, afectadas por nuevos brotes de coronavirus, han empezado a autorizar la reapertura de restaurantes, centros comerciales y escuelas, dejando de lado claramente las estrictas medidas que regían hasta ahora.
*Con información de Europa Press y AFP.