Con su llamado a ampliar el Consejo de Seguridad de la ONU, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, revivió conversaciones estancadas desde hace varios años, pero las perspectivas de una reforma siguen siendo bajas.
En la Asamblea General anual de la ONU, que finalizó este lunes, no faltaron los recurrentes discursos del mundo en desarrollo sobre la supuesta injusticia del Consejo de Seguridad de 15 miembros, donde los cinco países vencedores de la Segunda Guerra Mundial -Reino Unido, China, Francia, Rusia y Estados Unidos- ostentan poder de veto.
Pero esta vez los miembros occidentales del cuerpo, exasperados por el entusiasta uso del veto por parte de Rusia, que además puede bloquear cualquier acción del Consejo sobre su invasión de Ucrania, se sumaron al pedido de reforma.
Biden dijo que los miembros permanentes del Consejo deberían usar el veto en situaciones “extraordinarias” y pidió una expandir el número de miembros. Respaldó la creación de asientos permanentes para África y América Latina, en tanto reiteró el apoyo de Estados Unidos a pedidos de Japón e India. “Llegó el momento de que esta institución se vuelva más inclusiva para que pueda responder mejor a las necesidades del mundo de hoy”, dijo Biden.
Si bien un alto funcionario estadounidense subrayó “la seriedad” del planteo de Biden, reconoció que no habrá un proceso inmediato de reforma. “Esto nunca iba a ser un dictado o un hecho consumado. La idea siempre fue escuchar ideas y comparar notas”, dijo el funcionario, quien se negó a decir si Estados Unidos apoyaría poder de veto para eventuales nuevos miembros permanentes.
Tomar la delantera
Richard Gowan, quien sigue a las Naciones Unidas para el International Crisis Group, consideró que el gobierno estadounidense sabe que debe mostrar algunos avances sobre el asunto antes de la próxima Asamblea General, en septiembre de 2023.
“De lo contrario, Biden enfrentará acusaciones de haber planteado la idea sin seriedad”, dijo Gowan. “Dicho esto, no creo que Estados Unidos tenga en mente un modelo claro de reforma, o un plan muy detallado de qué hacer después,” agregó.
Gowan estimó que Biden respondió a una creciente inquietud sobre un Consejo de Seguridad cuyos diplomáticos leían generalidades escritas previamente en una sesión en momentos en que Rusia atacaba a Ucrania.
“Creo que EEUU tenía una opción simple. Podía ignorar el tema, defender sus privilegios como poseedor del poder de veto y enfrentar acusaciones de ponerse implícitamente del lado de Rusia para defender un sistema muy defectuoso”, dijo Gowan.
“O podía tomar la delantera frente a otros miembros de la ONU y posicionarse como un líder potencial de la reforma. Fue mucho más inteligente tomar este segundo camino”. Lo más cerca que la ONU estuvo de una reforma fue en 2005, cuando Brasil, Alemania, India y Japón lanzaron una candidatura conjunta para puestos permanentes.
China se opuso firmemente a un escaño para Japón, una potencia rival en Asia y aliado de Estados Unidos, en tanto los otros tres enfrentaron diversos grados de descontento por parte de sus respectivos países vecinos.
Estados Unidos vio poca urgencia para impulsar una reforma de la ONU bajo el gobierno del entonces presidente George W. Bush, que pasó por alto al Consejo de Seguridad para invadir Irak, un hecho citado constantemente por Rusia cuando se le pregunta sobre el planteo realizado por Biden.
Con información de AFP.