El presidente francés, Emmanuel Macron se mantiene firme tras la aprobación por decreto de una polémica reforma de las pensiones y dos mociones de censura a las que sobrevivió por poco su gobierno, pero llama a la calma en las calles, donde continúa la indignación.
El mandatario liberal, que romperá su silencio oficialmente el miércoles en una entrevista en televisión, ya avanzó este martes en una reunión con sus aliados que no remodelará su gobierno ni disolverá el Parlamento, y que tampoco someterá a referendo su reforma, según uno de los participantes.
El presidente hablará con los franceses para “apaciguar”, ya que es “muy consciente del momento convulso” actual, pero sin “precipitaciones”, resumió este martes un participante de la reunión en el Elíseo. Pero, ante una nueva noche de protestas con miles de personas en las calles de París y de otras ciudades francesas, Macron advirtió que “la muchedumbre” y los “disturbios” no tienen “legitimidad” sobre los representantes del pueblo.
En París, un tenso cara a cara con intercambio de proyectiles y gases lacrimógenos enfrentó el martes por la noche a centenares de personas con la Policía en la Plaza de la República al término de una concentración sindical que reunió hasta 3.500 manifestantes, según la Policía. Once personas fueron detenidas.
Otras protestas tuvieron lugar en Lille y Grenoble, así como en Rennes y Nantes, donde se dispararon gases lacrimógenos y hubo daños materiales al margen de la manifestación. Desde mediados de enero, Macron enfrenta una fuerte oposición en Francia a su plan de retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años (y no 42 como ahora) para cobrar una pensión completa.
Su adopción definitiva el lunes, tras sobrevivir el Gobierno a dos mociones de censura, dio paso a una nueva fase de política de desgaste con un ejecutivo impasible ante las acusaciones de la oposición de “represión” policial de los manifestantes.
Centenares de detenciones
La decisión de Macron y su primera ministra, Élisabeth Borne, de imponer su plan sin someterlo a la Asamblea Nacional (cámara baja), donde temían perder, desató desde el jueves una ola de protestas espontáneas, en ocasiones violentas. Durante las manifestaciones del lunes por la noche, cerca de 300 personas fueron arrestadas, de las cuales 234 en París.
La primera ministra defendió a las fuerzas de seguridad durante una tensa sesión de control al gobierno en la Asamblea, aunque advirtió que tienen el “deber de ser ejemplares y son conscientes de ello”. La contestación está tomando múltiples formas: cortes de electricidad puntuales, unas 9.000 toneladas de basura en las calles de París, bloqueo de universidades y liceos, cortes de carreteras, invasión de estaciones de trenes...
En Nantes se congregaron 10.000 personas según los manifestantes, aunque la Policía indicó que fueron 4.100, algunos de los cuales portaban antorchas y coreaban “carreras devastadas, pensiones a la mierda”.
Los sindicatos, que ya advirtieron al Gobierno que temían perder el control de las protestas si no reculaba en su reforma, convocaron para este jueves una novena jornada de huelgas y manifestaciones, que siguen a las masivas y pacíficas celebradas desde enero.
Las autoridades esperan entre 600.000 y 800.000 manifestantes, incluidos entre 40.000 a 70.000 en París. El ministro de Interior, Gérald Darmanin, anunció el despliegue para ese día de “12.000 policías y gendarmes”, de los cuales 5.000 en la capital.
“Crisis política”
Más allá de la ley para aumentar una de las edades de jubilación más bajas de la Unión Europea, Macron, reelegido en abril frente a la ultraderechista Marine Le Pen, se juega el poder aplicar su programa reformista durante su segundo mandato que corre hasta 2027. Los observadores consideran, no obstante, que está debilitado. La agencia de notación Moody’s apuntó el lunes que, al imponer su proyecto por decreto, “dificultará la adopción de futuras reformas”.
Y la prensa estimó que la victoria del Gobierno en la moción de censura por nueve votos “sabe a derrota”. El diario de izquierda Libération aseguró incluso que lo sume en una “crisis política”.
A la espera de que el Consejo Constitucional resuelva los recursos presentados por la oposición contra la reforma, lo que retrasa su promulgación, y la petición de un referendo, Macron abogó por centrarse en el futuro y en ver cómo cambiar su criticada forma de gobernar, sin mayoría absoluta.
Educación, salud, clima, migración e instituciones son algunos de los nuevos frentes que ya esbozó. Según un participante en una reunión de este martes, ahora pidió “propuestas” en las próximas “dos o tres semanas” sobre su agenda de reformas y su calendario.
*Con información de la AFP.