Uno de los momentos que los padres e hijos no pueden evitar al momento de cumplir la mayoría de edad, o unos años después mientras terminan una carrera universitaria que les permita lograr una buena estabilidad económica, es pensar en cuándo y cómo salir de la casa de los padres y formar una vida independiente, sea en solitario, con amigos o una pareja.

Aunque algunas familias lo debaten, e incluso tienen reglas estrictas sobre el momento obligatorio en el cual los hijos se deben marchar, existen otros núcleos familiares más permisivos en los que los mismos padres no sueltan a los hijos tan fácil o viceversa. En este caso, el contexto social y la calidad de vida familiar son determinantes para tomar la decisión de irse o quedarse por más tiempo.

La concepción de formar una familia es relevante al momento de decirle adiós a la casa de los padres. | Foto: Getty Images / Michael Heffernan

La decisión de decirle adiós al ‘hotel mamá'

La cultura es una de las aristas base para elegir en qué momento un hijo o hija decide marcharse del hogar de sus padres para aventurarse a la independencia familiar. Junto con este factor, la presión social por un matrimonio, formar una familia, un mudanza al exterior por un trabajo o carrera profesional, o simplemente el deseo de vivir solo, hace que el desapego de padres e hijos sea doloroso, lleno de temor por parte de ambos o incluso una liberación de unos y otros.

Los ingresos económicos de los hijos son, en la mayoría de los casos, detonantes para que el individuo esté seguro de marcharse de su hogar. No obstante, es normal que los padres se cercioren de que sus hijos estén en condiciones aptas para vivir por su cuenta, por lo que los quehaceres del hogar como el aseo, lavar la ropa y cocinar son las primeras pruebas a las que se enfrentan los que dejan el nido.

La cultura, en gran medida patriarcal, define en varias naciones el momento en que los hijos deben irse del hogar de sus padres. | Foto: Juanmonino

La cuestión varía por región y nación

Aunque la decisión de dejar la casa de los padres se da todos los días en cada nación del mundo, la manera en que se presenta es distinta, debido a varios factores sociales, culturales y económicos.

Tras la pandemia de covid-19, cuando muchas personas debieron exponerse a cuarentenas estrictas, y debido a los impactos económicos negativos, las familias tuvieron que reunirse de nuevo para afrontar las crisis financieras que se dieron en los hogares. Esto detuvo la constante independencia a la que el mundo estaba acostumbrado.

Tres años antes de la pandemia, en 2017, se publicaron los estudios más recientes por país. En ellos, se informó sobre la edades promedio en la que los hijos ‘dejaban el nido’. Los resultados fueron los siguientes:

  • En Japón, de acuerdo al National Institute of Population and Social Security Research de Japón, los hombres se independizan más rápido que las mujeres, e incluso medio millón de jóvenes viven aislados por voluntad propia, lo que se conoce como hikikomori, un fenómeno psicológico que consiste en que un individuo se aparta de la sociedad al menos por seis meses.
  • En Corea del Sur, los hijos que vivían con sus padres a la edad de 25 años era del 9% en 1985, mientras que en la segunda década del siglo XXI subió a un 26%. Esto pasa más que todo porque el matrimonio o el estudio profesional se ha retrasado.
  • En Hong Kong, el 50% de los hijos seguía viviendo con sus padres en el 2015, debido a que la vivienda y los alquileres contaban con precios inalcanzables para recién graduados.
  • En el sur de Europa, la edad promedio en que los hijos dejan la casa de sus padres es entre los 26 y 28 años. Esta edad tiene fundamento cultural, ya que la unión familiar tiene gran importancia para los individuos en Italia, los Balcanes y Grecia.
Los quehaceres en el hogar definen qué tan preparada está una persona para poder vivir sin ayuda de sus padres. | Foto: Getty Images
  • De acuerdo a Eurostat, los suecos son quienes dejan la casa de los padres a más temprana edad, entre los 19 y 20 años, mientras los hijos croatas son quienes más se demoran, cumpliendo los 32 años en promedio.
  • Por último, en el continente americano, de acuerdo con un estudio realizado por CBRE Group, la edad promedio en que los estadounidenses dejan la casa de sus padres es a los 24 años, mientras en Colombia, y buena parte de Latinoamérica, es a los 28.

La decisión de dejar el hogar puede darse por muchos factores, desde conseguir un empleo, formalizar una relación y crear una familia, planes profesionales y académicos, o por tener más libertad. Aun así, la calidad de vida y las condiciones económicas, además de la conexión emocional entre los miembros de la familia, también pesan al momento de ‘dejar el nido’.