Líbano conmemora este viernes el tercer aniversario de la mortífera explosión en el puerto de Beirut sin demasiadas esperanzas de dilucidar un día la verdad de este drama y juzgar a los responsables, ante las presiones políticas que bloquean el proceso judicial.

El 4 de agosto de 2020, a las 18:07 hora local, una de las mayores explosiones no nucleares de la historia arrasó barrios enteros de la capital libanesa, matando a más de 220 personas e hiriendo a más de 6.500.

La deflagración fue provocada por un incendio en un almacén donde se almacenaban sin las precauciones necesarias toneladas de nitrato de amonio a pesar de las repetidas advertencias a sus responsables.

Foto de Archivo: Los manifestantes se reúnen cerca de los silos de grano dañados en las afueras del puerto de la capital del Líbano, Beirut, el 4 de agosto de 2021, en el primer aniversario de la explosión que devastó el puerto y la ciudad. - Cientos de libaneses marcharon el 4 de agosto para conmemorar un año desde que una explosión cataclísmica devastó Beirut, protestando por la impunidad ante el peor desastre del país en tiempos de paz en un momento en que su economía ya estaba hecha jirones. (Foto de JOSEPH EID / AFP) | Foto: AFP or licensors

El colectivo de familias de víctimas, que lucha incansablemente desde hace tres años para conseguir justicia, llamó a los libaneses a participar vestidos de negro en una manifestación que debe dirigirse al puerto.

“Es una jornada de duelo y protesta contra el Estado libanés, que politiza nuestra causa e interfiere en la acción de la justicia”, declaró a la AFP Rima Zahed, que perdió a su hermano Amine, un empleado del puerto.

“Tres años después de la explosión, la justicia está bloqueada y la verdad, disimulada (...) Ninguna de las personas investigadas está en la cárcel”, añadió.

Las autoridades libanesas rechazaron una investigación internacional como pedían las familias y reciben acusaciones de haber obstaculizado las indagaciones de la justicia local, adonde se trasladan las divisiones políticas de un país en pleno hundimiento económico.

Foto de Archivo: Humo negro se eleva desde un incendio en los almacenes del puerto marítimo de Beirut, Líbano, el jueves 10 de septiembre de 2020. Un gran incendio estalló el jueves en el puerto de Beirut, provocando el pánico entre los residentes traumatizados por la explosión masiva del mes pasado que mató y resultó herido. miles de personas. (Foto AP / Hussein Malla) | Foto: Copyright 2020 The Associated Press. All rights reserved.

“Estamos cansados”

“Estamos cansados. No hemos podido hacer nada para hacer que estos criminales rindan cuentas”, dice Zahed.

Un primer juez encargado del caso en 2020 tiró la toalla tras haber inculpado al ex primer ministro Hassan Diab y otros tres ministros.

Su sucesor, Tarek Bitar, también arremetió contra responsables políticos, pero el Parlamento rechazó levantar la inmunidad de algunos diputados imputados, el ministerio de Interior se opuso al interrogatorio de altos cargos y las fuerzas de seguridad se negaron a ejecutar sus órdenes de arresto.

Bitar tuvo que suspender la investigación durante 13 meses debido a decenas de acciones judiciales en su contra de parte de responsables políticos.

En enero reanudó su trabajo para sorpresa de todos, pero entonces fue denunciado por insubordinación de parte del fiscal general tras haber imputado a varias personalidades de alto rango.

El fiscal también ordenó la liberación de 17 personas detenidas sin juicio tras la gigantesca explosión.

Maria Fares (derecha), hermana del bombero Sahar que murió en la explosión masiva del puerto del 4 de agosto de 2020, y su prometido William Noun, cuyo hermano Joe también es bombero y murió en la misma explosión, asisten una ceremonia para conmemorar el tercer aniversario de la explosión que mató a diez bomberos, así como a más de 200 personas e hirió a más de 6.000. Foto: Marwan Naamani/dpa (Foto de Marwan Naamani/Picture Alliance vía Getty Images) | Foto: (c) Copyright 2023, dpa (www.dpa.de). Alle Rechte vorbehalten

Cultura de impunidad

En dos años y medio, el juez Bitar ha podido trabajar durante seis meses en los que se ha enfrentado a intensas presiones que provocaron una crisis sin precedentes en el sistema judicial.

Aunque no ha pisado el palacio de justicia desde hace meses, su investigación “continúa”, dijo a la AFP un experto jurídico que pidió el anonimato por motivos de seguridad.

Este experto, que sigue la investigación, afirmó que el juez Bitar está determinado a seguir su trabajo hasta llegar a una acta de acusación, como prometió a las familias de las víctimas.

“Estamos convencidos de que llegaremos a la verdad, porque la verdad no muere mientras es reclamada”, dice Rima Zahed.

Unas 300 oenegés y las familias de las víctimas volvieron el jueves a lanzar su llamado para la formación de una comisión de investigación internacional.

“Una acción internacional es necesaria para romper la cultura de la impunidad en Líbano”, dijo Ramzi Kaiss, de Human Rights Watch.

“Las autoridades usaron todos los medios a su disposición para socavar y obstaculizar sin vergüenza la investigación nacional con tal de eludir la rendición de cuentas”, lamentó por su parte Aya Majzoub, directora regional adjunta de Amnistía Internacional.

*Con información de AFP