Ban Ki-moon propondrá reabrir la investigación por la muerte, en 1961, de Dag Hammarskjöld, emblemático secretario general de los primeros años de la ONU. Esa información ronda los pasillos de la organización después de que aparecieron unos documentos sobre la llamada ‘Operación Celeste’, según los cuales paramilitares sudafricanos habrían derribado el avión en el que viajaba Hammarskjöld en Rodesia del Norte, actual Zambia, con la complicidad y el apoyo de la CIA norteamericana, el MI-6 británico y una empresa minera belga. Ya desde 1998 varios estudios han sugerido que existía un plan para asesinar al diplomático sueco, quien estaba empeñado en detener la guerra civil del Congo y murió precisamente cuando se disponía a entrevistarse con el líder derechista Moise Tsombe. Los complotados habrían querido evitar que el uranio presente en esas tierras quedara en manos de un gobierno cercano a la Unión Soviética.