A sus 85 años, Ruth Bader Ginsburg es la jueza de mayor edad en la Corte Suprema de Estados Unidos. Desde el año de 1993 ejerce su cargo, cuando fue designada por el presidente Bill Clinton. Esta mujer encabeza el ala liberal del máximo tribunal estadounidense y no planea retirarse en mucho tiempo. Le puede interesar: Trump y su bomba atómica política Ella rechazó las sugerencias de algunos liberales para que renunciara durante la primera mitad del segundo período de Barack Obama, cuando los demócratas controlaban el Senado y probablemente hubieran podido confirmar a alguien que la sucediera. Además, ha contratado a sus colaboradores hasta 2020, un indicio de que no tiene planes de jubilarse. Este miércoles en la noche, Gingsburg sufrió una caída por la que durante las primeras horas del jueves tuvo que ser llevada al Hospital de la Universidad George Washington. Por el accidente se fracturó 3 costillas por lo que se encontraba bajo observación y tratamiento. Le recomendamos: 5 cosas que Trump ya no podrá hacer sin un acuerdo con los demócratas A pesar de su su ausencia, la Corte continuó el jueves con la ceremonia en la que se daría la bienvenida al nuevo miembro de ese cuerpo, Brett Kavanaugh. Se preveía la asistencia de Donald Trump y el secretario de Justicia interino Matthew Whitaker. Y no es la primera vez que la magistrada se enfrenta a problemas de salud. En el 2012 sufrió la fractura de dos costillas también por una caída. Ha padecido cáncer y en 2014 se le implantó un stent (un tubo diminuto) para desbloquear una arteria. Le sugerimos: Trump y el nuevo Congreso: los puntos espinosos La salud de la jueza tiene en vilo a Estados Unidos en la medida en que en caso de que llegara a fallecer o a renunciar a su cargo, el presidente Trump tendría luz verde para realizar un nuevo nombramiento en el cuerpo colegiado que actualmente tiene 5 votos conservadores versus 4 liberales. *Con información de AP