En lo que va del año son varias las obras expuestas en diferentes museos que se han visto atacadas por activistas ecologistas en diferentes lugares de Europa con el objetivo de alertar a la opinión pública sobre el cambio climático.

Algunas víctimas de los ataques han sido dos obras de Goya del Museo del Prado en Madrid, Los girasoles, de Van Gogh, en Londres y una pintura de Claude Monet, en Potsdam, cerca de Berlín.

Esta vez le tocó el turno a un artista estadounidense, se trata de Andy Warhol, con un carro BMW pintado por él que fue atacado con ocho kilos de harina. La acción buscaba “lanzar un mensaje de alarma sobre el colapso climático” y tuvo como objetivo cubrir el vehículo que se encontraba expuesto en la Fabricca del Vapore en Milán.

El ataque contó con la participación de cuatro activistas del grupo Última Generación (Ultima Generazione) que se dirigieron al centro cultural que alberga una retrospectiva sobre Andy Warhol y sus obras del pop-art.

El vicepresidente del Gobierno italiano, Matteo Salvini, criticó el ataque tajantemente con un mensaje en sus redes sociales: “Milán, cubre de harina un coche pintado por Andy Warhol. Estos idiotas que infestan los museos europeos destrozando obras de arte, desfigurando, acosando y haciendo un desastre, ¡realmente se arruinaron! Que paguen los daños y pasen un tiempo donde se merecen”, dijo en su cuenta de Twitter.

El vehículo que fue afectado es un BMW M1 de 1979 y los activistas que participaron en el hecho pegaron sus manos al piso de la exposición mientras los visitantes los criticaban y les gritaban mientras otros intentaban limpiar la obra según las imágenes difundidas por el grupo y otros medios de comunicación.

El BMW decorado por el artista es una de las principales piezas de la exposición y, según los organizadores, los activistas habían pagado la entrada y accedieron con la harina oculta, informa el periódico La Repubblica. La Policía ha identificado a los responsables.

La obra de Warhol ya había sufrido este mismo mes otra ola de protestas, cuando dos activistas se pegaron a reproducciones de las latas de sopa Cambell en Australia.

En concreto, miembros de la organización Stop Fossil Fuel Subsidies asumieron la responsabilidad del vandalismo, que han utilizado para dar un mensaje al Gobierno de Australia para que deje de apoyar a las industrias del petróleo, el gas y el carbón, según ha informado la cadena australiana ABC.

“Australia necesita intensificar (la lucha), no podemos reducir el CO2 mientras continuamos aprobando nuevo carbón y gas”, ha aseverado el grupo de activistas en un mensaje en su cuenta de Twitter.

Cabe recordar que uno de los actos más recientes de estos ataques fue rociar con líquido negro un cuadro del pintor austriaco Gustav Klimt en el Museo Leopold de Viena, para denunciar que “los nuevos pozos de petróleo y gas son una sentencia de muerte para la humanidad”.

La acción, reivindicada por el grupo Última Generación, que ha subido las imágenes a sus redes sociales, ha tenido como objetivo la obra Muerte y vida, que la organización ha querido utilizar como metáfora de su denuncia.

En las imágenes del ataque contra la obra de Klimt se ve a una mujer y un hombre rociando con un líquido negro la pintura, y mientras el personal de seguridad aleja de la escena al varón, la mujer pega su mano contra el cristal que recubre el cuadro, lo que le garantiza un tiempo extra para captar la atención y denunciar que “los nuevos pozos de petróleo y gas son una sentencia de muerte para la humanidad”.

*Con información de AFP y Europa Press.