El gobernador del estado de Texas, Greg Abbott, está en el ojo del huracán luego de afirmar que el Gobierno del presidente Joe Biden estaría llevando inmigrantes indocumentados contagiados de covid-19 a ese territorio.
De acuerdo con Abbott, los inmigrantes estarían siendo llevados en buses y “liberados” en el sur de Texas, todos ellos como portadores del virus.
En una alocución, pidió al presidente Biden que “no libere” más indocumentados en este estado, porque están exponiendo a los tejanos. “La Administración de Biden debe dejar de importar la covid-19 al país”, concluyó el gobernador.
Ante estas afirmaciones, el mandatario estadounidense aseguró que no es cierto que estén importando la covid-19 en Estados Unidos y, puntualmente, en Texas, e hizo una advertencia con respecto al levantamiento de las restricciones de bioseguridad en este estado.
El Gobierno de Biden afirmó que a todas las personas inmigrantes e indocumentadas se les ha aplicado la prueba para determinar si tienen o no el virus y se han protegido con todas las normas de bioseguridad posibles.
En cuanto al levantamiento de las restricciones de bioseguridad, Biden afirmó: “Creo que es un error, espero para este momento que todos se hayan dado cuenta de que las mascarillas marcan una diferencia, estamos en la cúspide de la forma en como enfrentamos el virus gracias a la manera en que estamos haciendo que la gente reciba la vacuna”.
“Lo último que necesitamos es un pensamiento ‘neandertal’ sobre dejar la mascarilla, olvídenlo”, apuntó.
Levantamiento de las restricciones en Texas
El gobernador de Texas dijo el martes que en su estado ya no será obligatorio que toda la población utilice tapabocas cuando se encuentre en lugares o establecimientos públicos.
El anuncio en Texas, donde el virus ha matado a más de 43.000 personas, sacudió a los médicos y a los líderes de las grandes ciudades que dijeron que ahora se están preparando para otro resurgimiento mortal del virus.
Un ejecutivo de un hospital en Houston, citado por varios medios, dijo que le comunicó a su personal que necesitarían más trabajadores y ventiladores para afrontar las consecuencias del anuncio del gobernador.
Esta semana, los funcionarios federales de salud advirtieron urgentemente a los estados que no bajen la guardia porque la pandemia está lejos de terminar y recalcando que las nuevas cepas del coronavirus son más contagiosas y peligrosas que la original.
Abbott, republicano, se ha enfrentado a críticas sostenidas de su partido por el uso del tapabocas en Texas (uno de los estados más grandes del país) que se impuso hace ocho meses, así como por los límites de ocupación comercial que las autoridades del territorio eliminarán la próxima semana.
De hecho, la orden del uso del tapabocas en Texas solo se hizo cumplir a la ligera, incluso durante los peores brotes de la pandemia. “Eliminar los mandatos estatales no termina con la responsabilidad personal”, dijo Abbott, rodeado de varias personas que no usaban tapabocas.
“Es solo que ahora los mandatos estatales ya no son necesarios”, dijo, y reiteró que las derogaciones entrarán en vigor a partir del 10 de marzo.
El impacto total de la reversión de Texas todavía se estaba evaluando. Target, uno de los minoristas más grandes del país, dijo que seguiría exigiendo a los clientes que usen tapabocas en Texas.
Por su parte, Mark Cuban, dueño de los Dallas Mavericks de la NBA, declaró públicamente que no tenía planes inmediatos para cambiar los límites de los fanáticos en el American Airlines Center, donde la mayor cantidad de público en lo que va de temporada fue de unos 3.000 espectadores.
En Texas, el 7,1 % de sus casi 30 millones de residentes han sido completamente vacunados, según los datos estatales informados a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Al anuncio de eliminar el uso obligatorio del tapabocas que hizo el miércoles el gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, se sumó ahora otro gran estado de Estados Unidos: Misisipi.
El gobernador Tate Reeves, también republicano, señaló que desde el pasado 3 de marzo se derogó la orden de llevar el tapabocas obligatoriamente en todos los condados y ciudades del estado, lo cual además viene acompañado con la orden de que los comercios puedan operar “con capacidad completa”, sin ningún tipo de distanciamiento social.