Un nuevo hecho que involucra a la policía de la moral en Irán ha causado indignación entre los persas y demás organizaciones internacionales al conocerse que el pasado domingo la adolescente de 16 años, Armita Geravand, habría sido víctima de presunto abuso por parte de las autoridades dentro del metro de Teherán, informaron medios locales.
De acuerdo con la ONG Kurda promotora de derechos humanos, Hengaw, la joven iraní continúa en coma “tras sufrir una grave agresión física por parte de agentes de la policía de la moral en el metro de Teherán”. Asimismo, aseveró que la víctima se encuentra en el hospital militar Fajr.
La adolescente presuntamente habría sido atacada por varios agentes de la policía de la moral en una de las estaciones del sistema metro en Teherán, la capital, ya que no estaría portando el velo islámico (hiyab) como lo promulga la ley de conducta del régimen. No obstante, las autoridades no han dado una declaración al respecto, indicó AP.
¿Otra teoría?
Con base en la declaración de los padres de la joven a medios locales, su hija podría haberse golpeado la cabeza debido a un desmayo provocado por hipotensión o una caída accidental. Sin embargo, algunos activistas internacionales expresan que alguien pudo empujar a la joven porque no llevaba el velo puesto.
Por tal motivo, para comprobar por qué Geravand fue remitida a un hospital militar tras haber quedado inconsciente por un golpe en la cabeza, varias organizaciones han exigido a la ONU que realicen una investigación independiente. De hecho, también denunciaron que el régimen islámico suele presionar a los familiares de las víctimas para que no atenten en contra de la imagen de los uniformados.
“Las menores sufren violencia en las calles y luego se obliga a sus familias a proteger al gobierno responsable de esa violencia”, expresó la directora ejecutiva del Centro por los Derechos Humanos en Irán, con sede en Nueva York, Hadi Ghaemi, para AP.
La mujer iraní: sinónimo de sometimiento
Este caso ha causado indignación en buena parte de la sociedad occidental debido a que evoca lo que sucedió el 16 de septiembre de 2022, cuando Mahsa Amini fue brutalmente golpeada mientras estaba siendo custodiada por miembros de la policía de la moral al no usar el velo islámico de una manera apropiada. Dichas lesiones le causaron la muerte.
A pesar de que las autoridades iraníes no se han responsabilizado de la muerte de Amini, sus padres han estado luchando con ayuda de ONGs internacionales para que el asesinato no quede impune.
La muerte de la joven en 2022 provocó una serie de manifestaciones sin precedentes en la nación, especialmente en Teherán, en donde las mujeres han desafiado las leyes y han hecho caso omiso al decreto que las obliga a utilizar el velo islámico. Por tal motivo, la represión a la población femenina en la nación pérsica se ha incrementado conforme ha pasado el tiempo.
La ley sobre el uso del velo es netamente teocrática. Irán la ha impuesto desde que la Revolución Islámica se hizo con el poder del país en 1979. A pesar de que otras naciones cercanas suelen ser mayoritariamente musulmanas, no exigen el uso del hiyab, caso contrario a países liderados por fundamentalistas islámicos como lo es Irán y Afganistán, este último debido a la llegada de los talibanes al poder en agosto de 2021.
Por su parte, la ONU se sigue mostrando preocupada por la negativa del régimen iraní al mitigar los decretos restrictivos que van en contra de las libertades individuales de las mujeres. Por el contrario, Irán intenta ser más estricto con las mujeres que pretendan desafiar las normas de conducta teocráticas.