El diálogo entre Rusia y Estados Unidos llegó este jueves 13 de enero al Consejo Permanente de la Organización por la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que subrayó la “urgencia” de reactivar el diálogo sobre seguridad europea, en la tercera ronda de encuentros para neutralizar el riesgo de conflicto en Ucrania.
“La situación en la región es peligrosa. Es imperativo encontrar una manera, por la vía diplomática, de detener la escalada y empezar a reconstruir la confianza, la transparencia y la cooperación”, aseguró la alemana Helga Schmid, la secretaria general de la organización, en la apertura del Consejo Permanente.
La Organización por la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), fundada en la Guerra Fría para favorecer el diálogo Este-Oeste, “es un lugar único para ello”, insistió la secretaria general de la organización. “Cada uno de los 57 Estados miembros está en la mesa” de negociación, agregó.
La OSCE es uno de los pocos lugares de intercambio en el que participan tanto Estados Unidos como Rusia. Polonia, que asume la presidencia rotatoria anual después de Suecia, también expresó su preocupación, al igual que otros países de Europa del Este que antes estaban bajo el dominio de Moscú.
“Parece que el riesgo de guerra en la zona de la OSCE nunca ha sido tan intenso en los últimos 30 años”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores polaco, Zbigniew Rau. “Se trata de un reto importante para la organización, cuyo objetivo es precisamente prevenir la guerra en Europa”, añadió.
Los occidentales acusan a Moscú de preparar una invasión al desplegar en las últimas semanas unos 100.000 soldados, carros y artillería en la frontera, algo negado desde el Kremlin. Esos movimientos de tropas rusas en la frontera con Ucrania “forman parte de la presión” ejercida por Rusia, pero “no se trata de negociar bajo presión”, afirmó el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.
El funcionario hizo esas declaraciones antes del inicio de una reunión informal con los ministros de Defensa de la Unión Europea (UE) en Brest (oeste de Francia), destinada a “trazar la posición” europea “ante la crisis”.
“Debemos rechazar el chantaje y asegurarnos de que la agresión y las amenazas no den nunca sus frutos”, dijo el embajador de Estados Unidos ante la OSCE, Michael Carpenter. El Kremlin argumenta que el despliegue militar es una reacción a la presencia creciente y amenazante de la OTAN en lo que Moscú considera su zona de influencia.
Rusia rechaza cualquier nueva ampliación de la alianza transatlántica hacia los países situados en el antiguo bloque soviético, lo que incluye Ucrania. El representante ruso Alexander Lukachevitch tiene previsto hablar con los medios en Viena en la tarde.
¿Puede desatarse la guerra?
Después de las tensas discusiones en Ginebra entre representantes de Washington y Moscú, la OTAN y Rusia expusieron el miércoles en Bruselas sus profundas “divergencias” en cuanto a la seguridad en Europa.
“Es cierto que nuestras posiciones están en las antípodas, pero eso no quiere decir que no podamos encontrar espacio de entendimiento”, dijo el embajador Carpenter en la cadena de televisión independiente rusa Dozhd. La cuestión es “determinar bajo qué forma podemos profundizar la discusión en los próximos meses”, añadió el representante estadounidense.
En el terreno, los observadores de la OSCE apuntan a un deterioro de las condiciones en las zonas controladas por los separatistas prorrusos en el este del país, que combaten contra el Gobierno de Kiev desde hace casi ocho años, denunció Carpenter. Desde 2014, la OSCE se encarga de controlar el respeto de los acuerdos de paz de Minsk en el este rebelde de Ucrania.
“Las misiones de vigilancia por ahora no han detectado nada anormal en el territorio” pero, en la frontera, “nos es imposible saber qué pasa”, advirtió Carpenter.
*Con información de la AFP.