El grupo militante Estado Islámico se responsabilizó de una explosión que derribó el tendido eléctrico y dejó a la capital de Afganistán y varias zonas adyacentes a oscuras.

El apagón del jueves fue un nuevo golpe a los esfuerzos de los talibanes por estabilizar Afganistán, a dos meses de su ascenso al poder.

“Una explosión destruyó un poste eléctrico en la zona de Qala Murad Beg, en la región de Kabul, y cortó una línea eléctrica de 220 kV. Por este motivo, se interrumpió el suministro en Kabul y en otras regiones”, informó la compañía en un comunicado.

En un comunicado divulgado por sus redes en la aplicación Telegram, el Estado Islámico-Khorosan (EI-K) dijo que “los soldados del califato detonaron una bomba en una torre de electricidad en Kabul”.

La explosión afectó una línea de alta tensión que distribuye electricidad importada a Kabul y otras provincias.

El sector eléctrico de Afganistán depende en gran medida de la energía importada, ya que el país importa el 80 por ciento de su electricidad de Irán, Tayikistán y Uzbekistán, por lo que las líneas de transmisión que atraviesan el país son un blanco predilecto de los insurgentes.

Los talibanes han prometido combatir a EI-K, pero el grupo continúa realizando ataques devastadores en todo Afganistán.

Fuentes próximas a las reparaciones le señalaron a la agencia Jaama Press que la energía será restablecida esta noche, mientras que el Ministerio del Interior de Afganistán ha informado de las detenciones de tres personas acusadas de atentar contra el pilón. Sin embargo, no ha confirmado si son miembros de Estado Islámico.

Se recordó que durante su conflicto con el ejército afgano y las fuerzas occidentales, los talibanes solían provocar explosiones en postes de electricidad y luego pedían el restablecimiento de la luz en las zonas que controlaban.

Con el regreso al poder de los talibanes a mediados de agosto, se acentuó la crisis humanitaria en Afganistán, cuyas ayudas internacionales quedaron congeladas.

Un niño mira a las palomas volar desde la azotea de una casa en una colina con vistas a Kabul el 23 de octubre de 2021 (Foto de Hoshang Hashimi / AFP). | Foto: AFP or licensors

ONU lanza programa de financiación

Entre tanto, la ONU lanzó un programa de financiación destinado a inyectar liquidez en Afganistán con el fin de evitar el colapso de su economía, sobre todo mediante el apoyo a las microempresas.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha creado este fondo, gracias al cual los gobiernos ahora pueden canalizar fondos a Afganistán a través de programas específicos de apoyo a la economía afgana establecidos por Naciones Unidas.

En una rueda de prensa en Ginebra, el responsable del PNUD, Achim Steiner, destacó que el país no solo se enfrenta a una agitación política, sino que “estamos siendo testigos de una implosión económica”.

Los talibanes derrocaron al gobierno afgano respaldado por Estados Unidos a mediados de agosto, después de veinte años de conflicto, e instauraron un emirato islámico.

Desde entonces, el país afronta una escasez de efectivo. Los talibanes, sujetos a sanciones internacionales, no tienen los fondos para administrar los bancos y pagar los salarios. Washington congeló notablemente las reservas del banco central afgano.

La economía afgana continúa en una situación precaria, los precios de los alimentos están subiendo y el desempleo se dispara.

Según una evaluación rápida publicada a principios de septiembre por el PNUD, alrededor del 97 % de la población del país corre el riesgo de entrar en extrema pobreza si no se aporta una solución urgente a las crisis política y económica del país.

Durante el primer año, el mecanismo puesto en marcha por el PNUD debe recaudar unos 667 millones de dólares (más de 573 millones de euros) para ayudar a 4,5 millones de personas.

Con información de Europa Press y AFP