El Departamento de Defensa apoya los esfuerzos en marcha de los veteranos de guerra de Estados Unidos para ayudar a evacuar a los afganos en riesgo, dijo este lunes el portavoz del Pentágono, John Kirby.
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, “comparte las mismas preocupaciones que tienen muchos de estos grupos de veteranos” por los aliados afganos que “todavía están allí y quieren salir del país”, comentó Kirby a los reporteros.
“A él le han escuchado decir muchas veces que creemos que tenemos una obligación sagrada con quienes nos ayudaron a lo largo de los últimos 20 años (...) Nada de eso ha cambiado, por lo que comparte sus preocupaciones y agradece sus comentarios”, insistió el portavoz.
Varios exmiembros del ejército estadounidense que estuvieron asignados en Afganistán se han mantenido en contacto con las tropas afganas con las que sirvieron conjuntamente, y con sus intérpretes afganos, y han expresado su preocupación por el destino que enfrentan ahora que los talibanes retomaron el poder.
Algunos militares veteranos lanzaron iniciativas privadas para ayudar a antiguos colegas afganos a huir del país mediante traslados a escondidas hacia el aeropuerto de Kabul, donde esperan vuelos de evacuación.
Un grupo llamado “Pineapple Express” asegura que ayudó a la evacuación de 630 afganos y, según informes, continúa sus esfuerzos para sacar a la gente del país. Kirby dijo que no hay un papel militar activo de Estados Unidos en estos esfuerzos.
“No implica un componente militar activo”, advirtió, “es solo el Departamento de Defensa ayudando a facilitadores y organizadores a conectarse”.
El portavoz del Pentágono también dijo que los vuelos de afganos a Estados Unidos desde terceros países se suspendieron por al menos una semana luego de que se diagnosticaran “cinco casos de sarampión entre los evacuados”.
Estados Unidos y sus aliados sacaron a más de 120.000 personas de Afganistán en uno de los traslados aéreos más grandes de la historia.
Secretario de Estado defiende retirada
El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, insistió el lunes en que el gobierno de Joe Biden estaba preparado para los peores escenarios en Afganistán, mientras varios legisladores acusaron a la Casa Blanca de encabezar un desastre histórico.
Blinken, conocido por sus modales suaves, enfrenta durante dos días un duro interrogatorio, que en primera instancia fue ante la Comisión de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes.
Los rivales del gobierno de Biden aprovechan para cuestionarlo por la veloz recuperación del gobierno afgano por parte de los talibanes cuando Estados Unidos puso fin a su intervención militar de 20 años.
“Heredamos un plazo, no heredamos un plan”, dijo Blinken.
Después del acuerdo del expresidente Donald Trump de febrero de 2020 con los talibanes y la retirada de las tropas estadounidenses, el movimiento islamista se encontraba en la “posición militar más fuerte desde el 11 de septiembre”, en alusión a los atentados de hace 20 años que provocaron la invasión de Afganistán y la guerra más larga de Estados Unidos, dijo Blinken.
Blinken dijo que la administración estaba “fuertemente concentrada” en la seguridad de los estadounidenses y había estado “evaluando constantemente” el poder de permanencia del gobierno afgano respaldado por Occidente, “considerando múltiples escenarios”.
“Incluso los escenarios más pesimistas no predijeron que las fuerzas gubernamentales en Kabul colapsarían mientras las fuerzas estadounidenses permanecieran” en el país, dijo Blinken. “No obstante, planificamos y pusimos en práctica una amplia gama de contingencias”, agregó.
“La evacuación en sí misma fue un esfuerzo extraordinario, en las condiciones más difíciles imaginables, por parte de nuestros diplomáticos, militares y profesionales de inteligencia”, señalo el secretario de Estado.
*Con información de AFP.