Las poblaciones afrodescendientes de 18 países de América Latina viven en condiciones sociales y económicas que perjudican su salud, dentro de un contexto de “racismo institucional”, afirmó este viernes 3 de diciembre la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Un nuevo estudio de la OPS concluye que en más del 80% de los países analizados los afrodescendientes viven en desventaja en el empleo, la salud y el acceso a la vivienda y los servicios básicos como el agua potable y el saneamiento.
“Seamos francos: las inequidades en salud que enfrentan las personas afrodescendientes se dan en un contexto de discriminación y racismo institucional, muchas veces exacerbado por las desigualdades de género”, declaró la directora de la OPS, Carissa F. Etienne.
Según el estudio, los riesgos de salud aumentan con la edad. Los malos resultados en materia de salud de los afrodescendientes se deben a factores relacionados “con la discriminación y la estigmatización, junto con las desigualdades de género y las desventajas sociales y económicas”.
Estas desigualdades se han exacerbado con la pandemia de la covid-19.
El informe destaca que los riesgos de salud aumentan con la edad y el limitado acceso a la atención sanitaria de la población afrodescendiente se traduce también en “altas tasas de mortalidad materna, embarazos precoces y perfiles epidemiológicos en los que predominan la enfermedad drepanocítica (trastornos hereditarios en los glóbulos rojos) la diabetes, la hipertensión y el VIH”.
En América Latina, 134 millones de personas se identifican como afrodescendientes.
En muchos países las desventajas son enormes: en Ecuador la tasa de mortalidad materna de las mujeres afrodescendientes triplica la de mortalidad materna general; en Colombia es 1,8 veces mayor y en Brasil es un 36% superior.
En Uruguay la proporción de afrodescendientes con acceso limitado al agua potable (42%) es casi el doble que la de los no afrodescendientes (24%).
En las zonas urbanas de Nicaragua el 81% de los afrodescendientes tiene un acceso limitado al agua, frente al 35% de los no afrodescendientes.
“Estamos viviendo en un contexto de racismo sistémico contra los y las afrodescendientes”, afirmó la vicepresidenta de Costa Rica, Epsy Campbell, durante el lanzamiento del estudio.
El informe recomienda mejorar las políticas de salud pública incorporando “los conocimientos específicos y las prácticas ancestrales del pueblo afrodescendiente, el respeto a su autonomía, cultura y costumbres, y la creación de escenarios participativos que propicien la igualdad de oportunidades”.
Latinoamérica retrocedió dos décadas en términos de pobreza extrema
Un informe elaborado por varios organismos internacionales como la OCDE, la Cepal, la Unión Europea y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), advierte que los niveles de PIB per cápita en Latinoamérica y el Caribe no volverán a los niveles prepandémicos hasta 2023 o 2024.
El documento resalta que la pobreza y la pobreza extrema han alcanzado en la región niveles no observados en los últimos 12 y 20 años. Según los organismos internacionales, la crisis derivada de la pandemia ha ocasionado daños a un tejido social “extremadamente vulnerable, resultando en un significativo aumento de la pobreza y la desigualdad”.
El panorama podría ser incluso peor, de no ser por las políticas de demanda impulsadas por los gobiernos latinoamericanos, que sirvieron para evitar mayores pérdidas de vidas y aumentos de pobreza. De acuerdo con el informe,sin estas transferencias, el índice Gini –medidor de la desigualdad– habría aumentado un 5,6 % con respecto a 2019, en lugar del 2,9 % registrado.
Buena parte de esta desigualdad se explica por la fuerte presencia de la informalidad laboral en la región. Cuando estalló la pandemia en Latinoamérica, el 50 % de los trabajadores tenía un empleo que no contaba con un seguro social o no estaba reconocido en los registros formales de empleo.
*Con información de AFP