La agencia de noticias France-Presse (AFP) emprendió el miércoles una acción legal por un caso de derechos de autor contra el gigante de las redes sociales Twitter, recientemente rebautizado X, como parte de una lucha global para que las empresas tecnológicas paguen por las noticias.
Los grupos de medios han argumentado durante mucho tiempo que sus historias e imágenes aportan valor a plataformas como X, Facebook y Google, por lo cual deberían obtener una parte de las ganancias.
Su causa fue impulsada por una ley de la Unión Europea (UE) en 2019, que permitía pagos por compartir contenido bajo un régimen llamado derechos conexos, y Google y Facebook acordaron pagar a algunos medios de comunicación franceses.
Ahora la Agence France-Presse acusó a X, propiedad del multimillonario Elon Musk, de una “negativa clara” a participar en discusiones sobre esos derechos conexos.
AFP dijo en un comunicado que había llevado el caso ante un juez en París para obligar a la plataforma a entregar datos que le permitirían estimar un nivel justo de compensación.
“Como principal defensora de la adopción de derechos conexos para la prensa, AFP se mantiene firme en su compromiso con la causa”, dice el comunicado.
“La agencia seguirá empleando los medios legales apropiados con cada plataforma relevante para garantizar la distribución justa del valor generado por el intercambio de contenido de noticias”.
Contactada por AFP, la plataforma declinó de momento dar su posición.
Tres grupos de prensa franceses (Le Monde, Le Figaro y Les Echos-Le Parisien) demandaron en julio a Twitter por razones similares.
En Francia algunos editores llegaron a un acuerdo de licencia para el uso de sus contenidos en Facebook y otros siguen negociándolos.
Las negociaciones con otras plataformas (LinkedIn, TikTok) fueron confiadas a la Sociedad de Derechos Conexos, un organismo de gestión colectiva encargado de recolectar los pagos y repartirlos entre sus miembros.
Aunque los grupos de medios en Francia han obtenido algunas victorias, las grandes empresas tecnológicas han contratacado con fuerza en otras regiones.
Meta impidió que los usuarios de Facebook e Instagram en Canadá vean publicaciones de organizaciones de noticias esta semana, en respuesta a una ley que exige una compensación por el contenido. Google amenazó con tomar medidas similares.
Meta y Google también se opusieron a propuestas similares en Australia.
X demanda a organización por informes sobre creciente odio en Twitter
La noticia se produce después de que X demandó a un grupo sin fines de lucro en un tribunal de Estados Unidos por haber elaborado un informe que afirma que el discurso de odio aumentó en la plataforma.
X, propiedad de Elon Musk, acusó al Centro para Contrarrestar el Odio Digital (CCDH, por su sigla en inglés) de generar estudios “erróneos” que le han costado a la firma tecnológica decenas de millones de dólares, según una copia de la demanda.
Sin embargo, la base legal descrita en la demanda presentada en San Francisco, el lunes por la noche, era que la organización violaba los términos de servicio de X en la forma en que accedía a los datos para sus informes.
El director ejecutivo de CCDH, Imran Ahmed, sostuvo el martes que la medida legal de Musk es un esfuerzo por silenciar a los críticos, y que esto proviene “directamente del libro de jugadas autoritarias”.
Ahmed apoyó la investigación del grupo y dijo que muestra que el odio y la desinformación se están “propagando como un reguero de pólvora” en la empresa de Musk.
La demanda del multimillonario pide a un tribunal que otorgue a X una indemnización en metálico no especificada y que ordene al CCDH que detenga la forma en que ha estado obteniendo datos para sus informes.
La demanda acusa al CCDH y a su casa matriz en Reino Unido de ser “organizaciones activistas que se hacen pasar por agencias de investigación”.
“Musk está tratando de dispararle al mensajero que destaca el contenido tóxico en su plataforma en lugar de lidiar con el ambiente tóxico que ha creado”, dijo Ahmed en un comunicado.
“Musk no nos intimidará para que guardemos silencio”, agregó.
Desde que Musk compró Twitter por 44.000 millones de dólares en octubre pasado, el negocio publicitario de la plataforma se derrumbó debido a que los especialistas en marketing rechazaron su estilo de gestión y los despidos masivos en la empresa, que destruyeron la moderación de contenido.
En respuesta, el empresario pasó a construir una base de suscriptores y un modelo de pago en busca de nuevos ingresos.
Muchos usuarios y anunciantes han respondido negativamente a las nuevas tarifas de la red social por servicios que antes eran gratuitos, a sus cambios en la moderación del contenido y al regreso de cuentas de extrema derecha previamente prohibidas.
*Con información de la AFP.