Airbnb suspende sus operaciones en Rusia y Bielorrusia como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania, según ha anunciado en Twitter su consejero delegado, Brian Chesky.
De esta forma, la plataforma pretende colaborar con los gobiernos para apoyar necesidades de cada país, incluso proporcionando estancias a largo plazo.
Cerca de 28.000 anfitriones de Airbnb están ofreciendo hospedaje para los refugiados, y se han recaudado más de 1,2 millones de dólares en el fondo que la compañía dispuso para su atención, le dijo la empresa a la AFP.
Qué impulsa a las multinacionales a irse de Rusia
Obligadas por las sanciones, presionadas por los desafíos logísticos, comprometidas en la denuncia del conflicto o preocupadas por su imagen, las multinacionales aumentan los anuncios de salida o suspensión de actividades en Rusia, desde el grupo petrolero BP al gigante sueco del mueble Ikea.
“Hacer negocios con Rusia será algo cada vez menos políticamente correcto y razonable. Por el contrario, el riesgo en materia de reputación aumenta más allá del riesgo geopolítico relacionado con el conflicto y del riesgo económico generado por las sanciones”, indicó a la AFP Sylvie Matelly, directora adjunta de IRIS (Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas).
Problemas logísticos
Muchas empresas están confrontadas a las perturbaciones logísticas del comercio mundial relacionadas con el conflicto ruso-ucraniano y las sanciones contra Rusia.
“Teniendo en cuenta el contexto actual inherente a las sanciones internacionales, las empresas están expuestas a un riesgo importante en sus cadenas de suministro”, indicaron Philippe Métais y Elodie Valette, abogados asociados al gabinete Bryan Cave Leighton Paisner.
Ikea, al suspender, el jueves 3 de marzo, sus actividades en Rusia ―donde es uno de los principales empleadores occidentales― y en Bielorrusia, tomó una decisión que afecta a 15.000 empleados, 17 almacenes y tres sitios de producción. “La guerra tiene un enorme impacto humano”, subrayó el grupo.
El conflicto “provoca perturbaciones graves en la cadena de producción y de comercio”, indicó Ikea, muy criticada en Suecia cuando anunció en un primer tiempo que sus almacenes seguirían abiertos.
El sector automovilístico está muy afectado por los problemas logísticos y dos de los mayores grupos mundiales, Toyota y Volkswagen, suspendieron su producción en Rusia “hasta nueva orden”.
Sanciones en vigor
Cualquier violación de las sanciones puede causar penalidades muy cuantiosas para las empresas.
En el sector aéreo, cuando la Unión Europea (UE) y Canadá prohibieron la exportación de aviones, repuestos y equipos de la industria aeronáutica a Rusia, Airbus suspendió sus servicios de asistencia a las compañías aéreas rusas y el suministro de repuestos, así como Boeing.
Los que emiten tarjetas de pago, como los estadounidenses Visa, MasterCard y American Express, tomaron medidas para impedir que los bancos rusos utilicen sus redes.
Las sanciones contra Rusia son “tan amplias y tan intensas que equivalen a un embargo total”, consideró el jueves Volker Treier, responsable del comercio exterior en la Cámara de Industria Alemana (DIHK). Por lo tanto, “ahora se trata fundamentalmente de liquidar los negocios” o abandonarlos, según él.
Algunas empresas se anticipan por razones de responsabilidad social, denuncias de la guerra o por prestigio.
El gobierno ucraniano, recurriendo a las redes sociales, no dudó en interpelar directamente a las grandes empresas occidentales, pidiéndoles que quemaran puentes con Moscú.
Con información de Europa Press y AFP.
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