Los ministros de Comercio de la Unión Europea han dado este jueves su visto bueno a la ratificación por parte de la Unión Europea del acuerdo para prohibir los subsidios a la pesca ilegal, no declarada y no regulada logrado hace un año en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC) pero que requiere de la adopción formal de dos tercios de los miembros del organismo multilateral para que entre en vigor.
El Acuerdo sobre Subvenciones a la Pesca de la OMC de junio de 2022 incluye una “firme prohibición” a dar ayudas que puedan beneficiar a la pesca ilegal, no regulada y no declarada (IUU, por sus siglas en inglés), además de incluir disposiciones “sin precedentes” en materia de transparencia, según ha informado el Consejo de la UE.
También prevé un veto total sobre los subsidios de la pesca no regulada en alta mar y disposiciones precisas respecto a la sobrepesca para introducir reglas de sostenibilidad en la primera fase del acuerdo para las ayudas que puedan afectar a las especies más vulnerables.
Desde que se alcanzó el acuerdo apenas media docena de países han ratificado su contenido: Canadá, Estados Unidos, Islandia, Seychelles, Singapur y Suiza.
Aunque aún falta mucho para que esto se llegue a aplicar, es un gran paso hacia la conservación marina y la detención de las mafias que operan estas redes. De acuerdo con la organización ambientalista WWF, el 15 por ciento de los mariscos que entran a Europa provienen de la pesca ilegal, esto equivale a 26 toneladas aproximadamente. Además, la ONG Refree Silence explica que esta práctica lleva a la sobreexplotación y posterior extinción de varias especies marinas.
¿Qué es la pesca ilegal, y por qué es tan dañina?
La pesca ilegal, mejor conocidas como Reglamento de lucha contra la pesca ilegal no declarada y no regulada, por sus siglas en inglés INDNR, es una práctica que se caracteriza por dos acciones, la no regulación y la no declaración.
La primera comprende al conjunto de leyes locales o internacionales que pretenden regular la pesca. Básicamente lo que marca los límites legales de lo que se puede o no hacer. Por lo tanto, gran parte de la pesca ilegal se basa en las prácticas que se realizan por fuera de la legislación. Por ejemplo, no tener permisos, cazar especies no permitidas como tiburones o rayas, o navegar y capturar especies en territorios marítimos de naciones donde no se es permitido o no se tienen acuerdos comerciales.
Por otro lado, la no declaración hace referencia a aquellas empresas que si bien cumplen con cumplen con su labor dentro del marco legal, incurren en infracciones al no declarar el total de la pesca. Un ejemplo de esto sería, si un barco capturó 10 toneladas de cierta especie en peligro de extinción, pero ante las autoridades declara solo haber atrapado 4 toneladas.
El problema está en que esta práctica está acabando con la biodiversidad del océano, y tiene como objetivo a especies seriamente amenazadas como los tiburones. De acuerdo con la organización ambientalista sin animó de lucro Fondo Mundial de la Naturaleza, mejor conocida como WWF, esta práctica, “acaba con la vida de especies marinas que no son el objetivo de la actividad; representa pérdidas económicas de millones de dólares anuales; y, pone en riesgo no solamente los empleos de un importante sector de la población sino, también la seguridad alimenticia de más de 7.000 millones de personas”.
Ahondando en el ejemplo de los tiburones, la Fundación Charles Darwin (FDC), reportó que en 2021 se pescaron al menos 100 millones de tiburones al año, una cifra cercana a la población total de países como Japón o Egipto. Esta, es una especie altamente amenazada, especialmente por sus aletas, que son muy apetecidas en los mercados asiáticos y europeos.
Esta cacería indiscriminada, ha hecho que varias compañías pesqueras, en su mayoría chinas de acuerdo un una investigación del medio Mongabay, ingresen a santuarios marítimos y capturen miles de toneladas de estos peces. De hecho, desde el inicio de la pesca industrial en los años 60, la población de tiburones ha disminuido casi en un 90 por ciento, según la FDC.
En teoría las legislaciones hacia la pesca, nacieron de la necesidad de cuidar a este tipo de especies, pero según explica WWF “la falta de gobernanza y rigurosidad para su aplicación son lo que permite que este mercado siga funcionando”. La organización explica que si bien las mafias representan un gran peligro, es la falta de rigor de los gobiernos lo que permite que los pescadores ilegales se salgan con la suya.
La pesca ilegal, es un fenómeno tan delicado que de acuerdo con Mongabay, mueve al rededor de 23.000 millones de dólares al año, cifra que la deja como la tercera actividad ilícita más rentable del mundo, solo siendo superada por el narcotráfico y el tráfico de armas. Es por eso, que la decisión de la Unión Europea resulta tan importante, pues es un paso hacia la verificación y cumplimiento de las leyes actuales.