El océano Ártico podría quedarse sin hielo durante el verano a partir de la próxima década, mucho antes de lo previsto, según un artículo científico publicado este martes 6 de junio. En la investigación, científicos de Corea del Sur, Canadá y Alemania utilizaron datos de observación de los años 1979–2019 para efectuar nuevas simulaciones.

“Los resultados indican que el primer mes de septiembre sin hielo marítimo podría ocurrir en los años 2030-2050, sea cual sea el escenario de emisiones” de gases de efecto invernadero, explican esos científicos en la revista Nature Communications.

Trozos de hielo en el Pasaje del Noroeste cerca del CCGS Amundsen, un rompehielos de investigación canadiense que navega en el Alto Ártico canadiense. FOTO AFP Trozos de hielo en el Pasaje del Noroeste cerca del CCGS Amundsen, un rompehielos de investigación canadiense que navega en el Alto Ártico canadiense. FOTO AFP | Foto: AFP

“Eso es aproximadamente una década antes que las más recientes proyecciones” del grupo de científicos del clima de la ONU, explica Seung-Ki Min, investigador de las universidades surcoreanas de Pohang y Yonsei y coautor del artículo.

Estrictamente hablando, la ausencia de hielo implica una superficie inferior a 1 millón de km2, ya que podría quedar hielo residual a lo largo de las costas.

El océano Ártico representa una superficie de unos 14 millones de kilómetros cuadrados y está recubierto de hielo la mayor parte del año. Septiembre es el mes del año en el que la superficie de hielo marítimo se reduce al máximo.

Los investigadores consideran igualmente que esa desaparición del hielo podría ser atribuida esencialmente a las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que el resto de factores (aerosoles, actividad solar y volcánica) es mucho menos importante.

El deshielo de glaciares han hecho que el nivel del mar aumente | Foto: Libre de derechos

El hielo marítimo es agua salada que se solidifica por acción del frío. Su deshielo no causa directamente la elevación del nivel de los océanos (contrariamente a la del casquete polar o los glaciares) pero tiene de todas maneras consecuencias nefastas.

Ese hielo ejerce un papel muy importante durante el verano, porque rebota los rayos solares. La desaparición del hielo “acelerará el calentamiento en el Ártico, lo que puede provocar un aumento de los episodios meteorológicos extremos en las latitudes medias, como las canículas y los fuegos forestales”, explica Seung-Ki Min.

Otro estudio

Un estudio publicado en marzo del año en curso afirmó que el océano Ártico se está calentando a un mayor ritmo de lo proyectado por los expertos, lo que ha derivado en que el derretimiento de las banquisas se dé de un modo más acelerado, provocando a su vez consecuencias en las costas mundiales.

La investigación, que sin duda alguna prende las alarmas, fue dado a conocer por parte de expertos suecos.

Según lo explicado por referidos estudios, las corrientes relativamente cálidas de océanos como el Ártico revisten mayores temperaturas de las pensadas, presentando a su vez un agravante adicional que señala que estas corrientes circulan a menor profundidad, estando en contacto con la banquisa, o capa de hielo que se forma en las inmediaciones de los polos terrestres, lo que los está desgastando a mayor velocidad.

Según la agencia AFP, el estudio estuvo a cargo de la Universidad de Gotemburgo, y fue revelado a través de medios especializados como la revista Journal of Climate.

Canadá, Territorio de Nunavut, Repulse Bay, el oso polar (Ursus maritimus) nadando junto al derretimiento del iceberg cerca del Círculo Polar Ártico en la Bahía de Hudson | Foto: © Paul Souders

En dicha publicación, expertos como Céline Heuzé, climatóloga de esa universidad y directora de uno de los estudios, ha reconocido que esta noticia no es para nada una buena señal, y que debe ser tenida en cuenta por los gobiernos para la toma consciente de decisiones, conociendo a su vez las consecuencias de no hacerlo.

Sobre el ritmo de desaparición de la banquisa, el informe ha concluido que esta avanza a un ritmo del 9 % durante la temporada de invierno, pero que en las temporadas de verano, el ritmo de desaparición es del 48 % en respecto a las mediciones de 1979. El espesor de dicha capa de hielo habría disminuido en un 66 %.

*Con información de AFP.