SEMANA: ¿Cuál es el origen de este especial?
Alberto Donadio (A. D.): Este especial, que se llama el Atlas del Nazismo en América del Sur, surge por una idea de Gabriel Gilinski de hacer un informe especial con motivo de los 80 años del ataque de los japoneses a la base naval de Estados Unidos en Pearl Harbor, que ocurrió el 7 de diciembre de 1941. Ese suceso fue fundamental para la Segunda Guerra Mundial, porque fue lo que llevó a que Estados Unidos entrara a la guerra y prácticamente desde ese día del ataque japonés se supo que Alemania iba a perder la guerra, como en efecto sucedió. Esto no se había hecho ni después de la guerra ni se había hecho posteriormente, entonces es un proyecto editorial nuevo, que se hace desde la Revista SEMANA en Colombia para todos los 10 países de la región.
SEMANA: Entonces es una novedad…
A. D.: Indiscutible, porque al mirar qué trabajos periodísticos se habían hecho sobre la región, resulta que no existe ninguno. Existen libros e investigaciones y tesis de doctorado en historia de todos los países y de aspectos específicos y generales. Parece mentira, pero no se había hecho un Atlas del nazismo en América del Sur.
SEMANA: ¿Por qué este aniversario de Pearl Harbor también es muy importante para los países de América del Sur? ¿Cómo se conecta ese hecho con el nazismo en esta región?
A. D.: La guerra tocó a la puerta a raíz de ese ataque de Pearl Harbor. La investigación cubre 10 países y en cada uno de ellos exploro cómo los afectó el nazismo y la Segunda Guerra Mundial. Los más importantes por todo lo que sucedió son Colombia, Argentina, Brasil y Chile, por supuesto, pero también hablo del impacto del nazismo en Uruguay, Venezuela, en Ecuador, en Bolivia, en Perú y en Paraguay.
SEMANA: El tema no le es ajeno. En el año 1986, con su esposa Silvia Galvis, publicaron un libro que se llama “Colombia nazi”…
A. D.: Sí. La primera investigación que yo hice sobre los nazis en Colombia hace ya más de 35 años, se originó en la sorpresa que tuvimos Silvia y yo, al llegar al Archivo Nacional en Washington y encontrar toda esta documentación que no era conocida en Colombia, que ningún historiador conocía, de cómo había una operación política del partido nazi, de cómo había espías nazis en Colombia, de cómo habían los submarinos nazis hundido goletas colombianas en el mar Caribe. Y ahora esa investigación se ha ampliado a los países de América del Sur, donde ocurrieron episodios similares y en algunos países mucho más graves.
SEMANA: ¿Y por qué interesa el tema nazi?
A. D.: Porque si uno se pone a revisar los genocidios del siglo XX, que fueron muchos y las persecuciones políticas, resulta que el genocidio de los judíos, que fue la tarea principal del nazismo, es el genocidio más grave ocurrido en el siglo XX. Cuando se publicó el libro Colombia nazi en el año 86, el impacto en Colombia de ver los lectores que en el Colegio Alemán de Barranquilla y en el Club Alemán de Barranquilla había fiestas en que los alemanes portaban la esvástica y las banderas nazis fue un impacto muy grande. Nadie se acordaba de eso, nadie había visto estas fotos. Este Atlas del Nazismo en América del Sur trae una revelaciones que estoy seguro que van a sorprender a los lectores.
SEMANA: ¿Con qué historia o historias nos vamos a sorprender?
A. D.: El especial revela historias que son muy poco conocidas. Por ejemplo, que un cónsul chileno fue la primera persona en el mundo que se enteró del Holocausto.
SEMANA: ¿Qué historias encontró de Colombia?
A. D.: En el caso de Colombia, están las historias sobre los barcos que zarpaban de los puertos colombianos, porque de ahí los alemanes tomaban la información para hundir con sus submarinos esos barcos mercantes. En el año 42, o sea, inmediatamente después del ataque a Pearl Harbor, hubo 600 barcos en el mar Caribe que fueron hundidos por submarinos alemanes.
SEMANA: Háblenos un poco de lo que encontrará el lector sobre Brasil.
A. D.: En Brasil, pocos meses después de Pearl Harbor, hubo un ataque de un submarino alemán que en 48 horas hundió media docena de barcos y naufragaron más de quinientas personas en lo que se llamó en Brasil el “Pearl Harbor brasileño”.
SEMANA: ¿Y qué pasó en Argentina?
A. D.: Argentina fue, junto con Chile, el único país de América que no rompió relaciones con Hitler y que después de terminada la guerra les abrió las puertas a los nazis y a los criminales nazis. Entonces, aparte de esos tres países está Chile, que también tiene unas historias muy interesantes durante el período de la guerra.
SEMANA: ¿Por qué cree que hubo toda esta influencia?
A. D.: El impacto político se da porque los partidos nazis en algunos países tenían una fuerza muy importante debido a que en esos países había una población de extracción alemana muy grande, particularmente en Brasil, en Argentina y en Chile. La investigación se ocupa también del impacto económico de la guerra, del contrabando, por ejemplo, del platino colombiano que era enviado a Buenos Aires y de ahí en barcos a Alemania, porque se necesitaba para sistemas de ignición de aviones y de todo.
SEMANA: ¿Cómo fue la investigación para el Atlas del Nazismo en América del Sur?
A. D.: La información del Atlas del Nazismo en América del Sur nace de los archivos militares y diplomáticos sobre la segunda Guerra Mundial que se han venido desclasificando desde los años 70 y que se siguen desclasificando hasta la fecha. Esos archivos norteamericanos, británicos, colombianos y de otros países son la fuente de información de este especial. Al igual que el trabajo de historiadores latinoamericanos, norteamericanos y europeos y de historiadores colombianos también que se han ocupado de distintas facetas de la Segunda Guerra Mundial en América del Sur.
SEMANA: ¿Cuál es la pertinencia de este especial en el momento que vive el mundo?
A. D.: Estamos hablando de la guerra ochenta años después del ataque japonés a Pearl Harbor porque ese acontecimiento afectó directamente a Colombia y a los otros países de la región. Como decía alguien entrevistado por el periódico El Tiempo en ese momento: “Las balas nos están llegando muy cerca”. Además, la realidad es que los japoneses, por ejemplo, estuvieron a punto de destruir el canal de Panamá con un submarino que construyeron, que tenía en su interior tres aviones con alas plegables que debían volar sobre Colombia y después atacar las esclusas del canal de Panamá.
SEMANA: ¿También abarca el período posterior a la guerra?
A. D.: Sí, porque América Latina fue un refugio de criminales nazis, entre ellos los muy famosos como Adolf Eichmann, Josef Mengele, Klaus Barbie. Todos entraron tranquilamente a Argentina, donde había prácticamente un comité de recepción; algunos se quedaron en la Argentina, otros se fueron a Bolivia, Paraguay y a Brasil. Esa es una historia conocida, lo que no es tan conocido es cómo tuvieron un apoyo oficial y un apoyo de las redes de otros alemanes. Entonces, esas historias, por ejemplo la de Herberts Cukurs, es una historia que está publicada, pero que es muy poco conocida en América del Sur. Un asesino nazi que exterminó a los judíos en Latvia.
SEMANA: Pero en América Latina también se refugiaron muchos judíos…
A. D.: Hay una serie de historias que tienen que ver con ese otro lado de la moneda del nazismo, que era el exterminio de los judíos. Y hemos descubierto, por ejemplo, cómo en Argentina durante la guerra el Gobierno autorizó visas para mil niños judíos huérfanos que estaban en Francia en campos de concentración y la burocracia se encargó de que no llegaran a Argentina. Terminada la guerra, en cambio, el gobierno argentino de Perón abrió las puertas para todos los criminales de guerra nazis que se refugiaron en Argentina.
SEMANA: ¿Colombia también vivió esa realidad?
A. D.: También, porque hubo judíos que alcanzaron a refugiarse aquí, pero que no alcanzaron a traer a sus familias, porque Colombia prohibió las visas a judíos como lo hicieron otros países de América del Sur. Entonces, la perversidad, el mal que encarnaba el nazismo, es un tema que nunca va a dejar de tener interés. Lo decía uno de los jerarcas nazis, el abogado de Hitler, Hans Frank, que pasarán mil años y la culpa de Alemania no se va a acabar por las atrocidades del nazismo y de los campos de concentración.
SEMANA: ¿Cuál de esas historias le resultan hoy conmovedoras?
A. D.: Las historias de un sobreviviente del campo de concentración, de una persona que no pudo traer a su padre porque le negaron la visa. La persecución a los judíos se sintió en Colombia y en los países de América del Sur. Hubo algunos judíos que alcanzaron a llegar como refugiados y hubo otros que no alcanzaron a llegar, porque se implantó una política casi de alianza con Hitler para no dejar entrar a los judíos que habían perdido en Alemania su nacionalidad, sus derechos y que no podían vivir en sus países, pero no encontraban un país que los recibiera. Esas historias ocurrieron en todos los países de la región, en el Cono Sur y en Colombia también. Y en Colombia hay un puñado de personas que estuvieron en campos de concentración y que sobrevivieron, son muy pocos, y llegaron a Colombia y aquí pudieron vivir. Pero básicamente el antisemitismo del régimen de Hitler tuvo un eco en América del Sur y ese es uno de los componentes más importantes de este Atlas.