Tras las elecciones en los estados federados alemanes de Turingia y Sajonia, en las que el partido Alternativa para Alemania (AfD) obtuvo un notable ascenso, hay preocupación en otros países europeos.
Es probable que el crecimiento de AfD no solo continúe en nuevas elecciones regionales, sino que también podría triunfar a nivel nacional en los comicios de septiembre de 2025.
Los sondeos actuales sitúan al partido como segunda fuerza (16-19 por ciento), por detrás de la formación Unión Demócrata Cristiana (CDU, 31-34 por ciento). Pero las tendencias populistas y de ultraderecha llevan mucho tiempo establecidas en los tres Estados más grandes de la UE: Italia, Francia y España. Y no solo allí.
Italia, gobernada por la ultraderecha
En Italia, el antiguo partido regional Liga ha cogobernado en el Gobierno central en varias ocasiones. Al mismo tiempo, es fuerte en las regiones del norte de Italia y ocupa la presidencia en Véneto, Lombardía, Friuli-Venecia Julia y Umbría. Nunca ha existido un “cordón sanitario” o cortafuegos hacia ese partido, es decir, no ha sido excluido de coaliciones con los democristianos.
La Liga ha gobernado junto a Silvio Berlusconi e incuso con los populistas de izquierda del Movimiento Cinco Estrellas como socio menor. Desde 2022, los Hermanos de Italia (Fratelli d’Italia), de extrema derecha, han superado a la Liga. Desde entonces, la primera ministra, Giorgia Meloni, lidera una coalición de derechas formada por los Fratelli, la Liga y los democristianos.
Austria podría tener un “canciller del pueblo”
En Austria tampoco hay cordón sanitario contra la ultraderecha. Al contrario, el ultraderechista Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) ya estuvo en el gobierno en los años 80, en coalición con los socialdemócratas. A partir de 2000, hubo cuatro gobiernos de coalición con los democristianos. El FPÖ nació como partido regional y, tras varias escisiones y reajustes programáticos -similares a los del partido AfD alemán-, el FPÖ está ahora establecido en nueve parlamentos y tres gobiernos estatales.
El FPÖ ocupa el primer lugar en las encuestas para las próximas elecciones parlamentarias nacionales de finales de septiembre. Su líder, Herbert Kickl, considera que tiene muchas posibilidades de convertirse en lo que él llama el “canciller del pueblo” de Austria.
Francia, entre polos extremos
El cordón sanitario sí existe en Francia: Emmanuel Macron no quiere trabajar ni con la formación de ultraderecha Agrupación Nacional ni con la de ultraizquierda Francia Insumisa. Por ese motivo, no hay mayoría parlamentaria tras las elecciones anticipadas de julio, porque Macron no puede encontrar un socio de coalición.
La Agrupación Nacional obtuvo en ellas unos resultados sorprendentemente peores de lo esperado y quedó como tercera fuerza. Sin embargo, ha ganado cada vez más peso en los últimos años. Está representada en numerosos órganos municipales y regionales, aunque no puede gobernar en ningún sitio por sí sola.
Ultraderecha en los Gobiernos regionales de España
En España, los socialdemócratas siguen en el poder a nivel nacional, en un gobierno minoritario apoyado por partidos separatistas. La ultraderecha de la formación Vox no ha dejado de crecer desde hace años y ocupa el tercer puesto a nivel nacional.
En julio, el líder del partido, Santiago Abascal, declaró la ruptura con los democristianos porque habían aceptado acoger inmigrantes canarios en la península.
El caso de Hungría
En Holanda, Suecia, Finlandia y otros países de la UE, la ultraderecha también está representada en los gobiernos. En Hungría, el partido Fidesz, que oscila entre la derecha nacionalista y la ultraderecha, ha gobernado durante 14 años ininterrumpidos. Viktor Orbán ha radicalizado al partido y a Hungría durante su largo mandato, llevándola hacia un enfrentamiento con la Unión Europea.
Hungría es ahora el país europeo con el gobierno populista de derechas más estable. En Polonia, esa fase ha terminado. Allí, los democristianos sustituyeron al partido de ultraderecha PiS tras las elecciones del año pasado.
“El este de Alemania no es un caso especial”
En general, en muchos países europeos se observa una tendencia hacia los partidos de ultraderecha, desencadenada principalmente por la política migratoria, los problemas económicos y un sentimiento general de desconexión entre muchos votantes.
Wolfgang Thierse, expresidente socialdemócrata del Bundestag, observa una tendencia hacia el extremismo no solo en Alemania, tal y como dijo en la emisora de radio Deutschlandfunk: “Vemos que no solo ocurre en el este de Alemania, si nos fijamos en los Países Bajos, Francia, Italia y los países escandinavos. En todas partes vemos el avance de partidos extremistas, partidos populistas. Si fuera solo un caso especial en Alemania del este, entonces podríamos tranquilizarnos y decir que podemos sobrevivir a ello. No, es un cambio tectónico”.
*De la DW