Las autoridades sanitarias de República Democrática del Congo declararon el pasado sábado un brote de ébola en la provincia noroccidental de Equateur, tras el descubrimiento del primer caso del año en la ciudad de Mbandaka.

El paciente, un hombre de 31 años, comenzó a experimentar síntomas el 5 de abril y, después de más de una semana de atención domiciliaria, buscó tratamiento en un centro de salud local.

El 21 de abril el paciente ingresó en un centro de tratamiento de ébola para cuidados intensivos, pero murió ese mismo día, según ha confirmado la Organización Mundial de la Salud en un comunicado, sobre lo que se trata del tercer brote en la provincia desde 2018 y el primero desde hace dos años.

Las investigaciones para determinar la fuente del brote han comenzado inmediatamente.

“El tiempo no está de nuestro lado”, ha avisado el director regional para África de la OMS, Matshidiso Moeti. “La enfermedad nos lleva una ventaja de dos semanas y ahora estamos poniéndonos al día”, ha lamentado.

“La noticia positiva”, ha querido puntualizar no obstante, “es que las autoridades sanitarias de República Democrática del Congo tienen más experiencia que nadie en el mundo para controlar rápidamente los brotes de ébola”.

El país declaró a mediados de diciembre del año pasado el fin del último brote de ébola decretado en la provincia de Kivu Norte (este), después de que no hubiera confirmado nuevos casos durante el último mes y medio.

Ha habido 14 brotes de ébola en República Democrática del Congo desde 1976. Este es ya el sexto desde 2018, la frecuencia más alta desde que hay registros, según alerta la OMS. Los brotes anteriores de la provincia de Equateur fueron en 2020 y 2018, con 130 y 54 casos registrados, respectivamente.

La vacunación comenzará en los próximos días en el país, aprovechando las reservas disponibles de la vacuna contra el ébola rVSV-ZEBOV que están almacenadas en las ciudades de Goma y la capital, Kinshasa.

Las vacunas se enviarán a Mbandaka y se administrarán a través de la estrategia de “vacunación en anillo”, donde los contactos y los contactos de los contactos reciben el fármaco para frenar la propagación del virus y proteger vidas.

“Muchas personas en Mbandaka ya están vacunadas contra el ébola, lo que debería ayudar a reducir el impacto de la enfermedad”, ha añadido Moeti antes de anunciar que “todos los que fueron vacunados durante el brote de 2020 en la zona serán revacunados”.

El ébola es una enfermedad grave, fatal en muchos casos, que afecta a los humanos y a otros primates. La tasa de mortalidad varía entre el 25 y el 90 %.

La malaria sigue siendo un flagelo en África

Causado por un parásito transmitido por los mosquitos, el paludismo sigue siendo un flagelo, sobre todo para los niños africanos, a pesar de la reciente llegada de una vacuna.

La malaria (otro nombre del paludismo), cuyo día mundial es el lunes 25 de abril, causó la muerte de 627.000 personas en todo el mundo en 2020, según una estimación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El número de muertes aumentó 12 % en 12 meses, principalmente debido a las “interrupciones” en el acceso a la asistencia, relacionadas con la pandemia de covid-19.

La mitad de la población mundial corre el riesgo de contraer la malaria. En 2020 se registraron 241 millones de casos de malaria en todo el mundo, según la OMS. El Mediterráneo oriental, el Pacífico, las Américas y el Sudeste Asiático son zonas de riesgo.

*Con información de Europa Press y AFP.