Los restos del cohete chino Long March 5B, catalogado como uno de los más grandes que se encuentran sirviendo en el espacio, el año pasado entraron en la atmósfera sobre el océano Índico. Específicamente, en mayo de 2021, cuando no hubo accidentes de por medio, pero el aval científico de la agencia espacial de China mencionó falta de planificación y orden con este suceso.
Todo lo anterior porque, en ese entonces, la Administración Espacial Nacional de China o CNSA explicó que los restos del cohete estuvieron descontrolados y, a su vez, no hubo una ubicación de aterrizaje.
“Las naciones que realizan actividades espaciales deben minimizar los riesgos para las personas y las propiedades en la Tierra de los reingresos de objetos espaciales y maximizar la transparencia con respecto a esas operaciones”, manifestó el administrador de la Nasa, Bill Nelson, cuando el país asiático había lanzado una cápsula experimental que terminó cayendo en la Costa de Marfil.
En ese entonces, los comunicados de China estuvieron dados hacia Estados Unidos bajo la premisa de que estaban “exagerando los temores” sobre el reingreso de cohetes. Ahora, se alerta sobre un cohete fuera de control que podría chocar en la Tierra.
Este año se registrará una situación de choque o aterrizaje, igual que las anteriores. De acuerdo con datos recopilados por Muy Interesante y la CNSA, la etapa central del cohete Long March 5B encargado de llevar un módulo a la estación espacial China Tiangong 3, que se encuentra en proceso de edificación por parte de Administración Espacial Nacional China, ha estado orbitando, pero se proyecta un ingreso descontrolado, sin ubicación exacta para la próxima semana.
Después de que el cohete completara la entrada en dicho módulo, su descenso empezó a ocurrir directamente hacia la atmósfera del planeta Tierra, dice el aval espacial.
En consecuencia, no se sabe la zona de aterrizaje y, por tercera vez, se denuncia a China bajo el argumento de no controlar los residuos en el espacio.
Lo que se comparte es que al ser una estructura grande, con más de 20 toneladas de metal, en la atmósfera habrá una separación en cuatro partes, que posiblemente dará paso a que algunas piezas, especialmente si son de gran tamaño, alcancen la superficie.
Las probabilidades de un golpe a un habitante del planeta azul son bajas, pero para los especialistas no son tolerables este tipo de sucesos. De hecho, los dos anteriores choques no tuvieron control y sus reingresos fueron “caóticos” en la atmósfera. De este modo, nace la preocupación de un nuevo impacto.
En adición, a pesar de que la probabilidad de aterrizaje en una región poblada sea mínima, tampoco se descarta la idea de que esto ocurra.
Basura espacial
Se entiende a la basura o residuos espaciales como cualquier resto o pieza que se queda en el espacio exterior luego de una intervención por parte del ser humano con origen en la Tierra. Iberdrola señala que los desechos en el espacio pueden ser de gran tamaño y su peligro es por la velocidad a la que viajan, la cual es de más de 28.000 kilómetros por hora.
La Agencia Espacial Europea (ESA) estima que en la actualidad hay cerca de 900.000 objetos con un tamaño de entre 1 y 10 cm, y al menos 34.000 más grandes de 10 cm.
Por su parte, La Oficina de Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Exterior (Unoosa) se ha centrado en compartir los graves problemas que tiene este tipo de desechos, que incluyen cargas útiles, cohetes y misiones.
Entre las causas más comunes por las que se produce la basura espacial se encuentran: satélites muertos, equipamiento perdido, etapas de cohetes y armamento.