El exjefe del Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, compareció este martes ante la juez que instruye su caso por tráfico de drogas en un tribunal de Nueva York, para quejarse, a través de su abogado, de que no puede hablar con su familia ni recibir correspondencia.
En una comparecencia de trámite en presencia del reo vestido con el buzo color naranja de los presidios estadounidenses y con tapabocas, su abogado Alexei Schacht reclamó a la juez Dora Irizarry que el mes pasado su cliente no pudo realizar la llamada mensual a un familiar o allegado a la que está autorizado. Tampoco recibe correo tradicional, ni siquiera documentos “necesarios para el caso”, dijo.
La fiscalía adujo que en su posesión se ha encontrado un dispositivo electrónico con documentos en español, cuyo contenido está aún por determinar. Otoniel, que puede disponer de computadora, no tiene conexión a internet.
La próxima audiencia está prevista para el 18 de octubre y se espera que entonces se pueda fijar una fecha para el juicio del capo del Cartel del Golfo, a quien la justicia estadounidense juzgará por “empresa criminal continuada” y “conspirar para manufacturar y distribuir cocaína”, ya que el tercer cargo, uso de armas para el tráfico de droga, fue desechado debido a que no está incluido en los términos de la extradición del colombiano.
Conocido también como Mao, Gallo o Mauricio Gallo, si es declarado culpable puede ser condenado a cadena perpetua.
Su hermana, Nini Johana Úsuga, alias La Negra, fue extraditada el pasado 1 de julio a Florida (Estados Unidos) para responder también por narcotráfico.
El fiscal del tribunal federal de Brooklyn, Breon Peace, dijo de él cuando fue extraditado a principios de mayo que es uno “de los capos de la droga más peligrosos y buscados del mundo”.
¿Sometimiento a la justicia?
Luego de la victoria del presidente electo el pasado 19 de junio, la fuerza pública ha sido blanco de por lo menos 75 ataques por parte del Clan del Golfo, que fue liderado por alias Otoniel, según datos del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac).
El director de esa organización de derechos humanos, Jorge Restrepo, dijo a la AFP que, con la escalada de acciones contra la fuerza pública, esa organización armada legal busca “presentarse como un grupo que puede ofrecer, en una eventual negociación, un desescalamiento”.
En 2018, alias Otoniel había expresado su voluntad de someterse a la justicia. El entonces presidente, Juan Manuel Santos, inició el proceso, pero finalmente la rendición no se concretó y el Clan siguió traficando cocaína.
Cuando las autoridades capturaron al capo en octubre pasado, luego de meses de persecución por la selva, el actual mandatario, Iván Duque se anticipó a declarar el fin de esa agrupación armada, sin embargo, la banda demostró que estaba más activa que nunca.
De acuerdo con estimaciones independientes, el poderoso brazo del narco cuenta con unos 3.000 miembros, entre combatientes y colaboradores.
El pasado 20 de julio, cuando se posesionó el Congreso de la República, circuló una carta en la que el Clan y otros grupos armados que se financian con la cocaína dijeron estar dispuestos a un alto al fuego a partir del 7 de agosto, para propiciar su posterior desarme.
Sin embargo, ninguna autoridad confirmó la autenticidad de la misiva, aunque el designado canciller, Álvaro Leyva, aseguró tener conocimiento del escrito.
Sin embargo, un sometimiento colectivo parece lejano, “a menos de que exista un incentivo suficiente para que esos grupos se entreguen (…) algo que les permita evitar la extradición o conservar la riqueza”, señaló Restrepo.
Petro también abrió la posibilidad de suspender la entrega de los narcos que hagan un “desmantelamiento pacífico” del negocio. Sin embargo, admite que esto depende de “una negociación con Estados Unidos”, que no se ha pronunciado frente a esta iniciativa.
Luego de casi cinco décadas de lucha conjunta contra el narcotráfico, Colombia sigue siendo el principal productor de cocaína del mundo y Estados Unidos el principal consumidor.
El Ejército de Liberación Nacional, ELN, aceptó la propuesta de Petro para retomar diálogos de paz, que se podrían adelantar en Cuba, de acuerdo con el presidente electo.
Entre tanto, miembros de la coalición de gobierno han extendido la oferta de negociación a los miembros de las disidencias de las Farc que se apartaron del proceso de paz.
Con información de AFP