Carlos Bolsonaro, hijo del expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue blanco este lunes de una operación de la Policía brasileña que investiga una presunta organización que realizaba espionaje ilegal en favor del antiguo mandatario ultraderechista y su círculo íntimo. “La Policía Federal ejecutó nuevas órdenes de allanamiento e incautación como continuación de la Operación Vigilancia Estrecha”, dijo el organismo en un comunicado, sin identificar los blancos de las búsquedas.
La operación busca destapar una supuesta trama criminal que se instaló en la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin) durante la administración de Bolsonaro (2019-2022), para espiar ilegalmente a políticos y otras figuras públicas utilizando herramientas de geolocalización en dispositivos móviles, según la Policía.
La Policía cumplió nueve órdenes de allanamiento, cinco de ellas en la ciudad de Río de Janeiro, donde Carlos Bolsonaro se desempeña como legislador. Según imágenes divulgadas por la televisión local, Carlos se encontraba este lunes junto a su padre en una casa en la ciudad litoral de Angra dos Reis, domicilio que fue registrado por agentes.
Las otras tres órdenes de búsqueda se cumplieron en Formosa, estado de Goiás (centro) y Salvador, en el estado de Bahía (noreste). Fueron registrados, además, su residencia en Río de Janeiro y su despacho en la Cámara Municipal de la ciudad, según la prensa local.
Las búsquedas ejecutadas el lunes son un desdoblamiento de la operación lanzada el jueves pasado, autorizada por el juez de la corte suprema y presidente del tribunal electoral, Alexandre de Moraes, quien presuntamente fue uno de los objetivos del espionaje.
“En esta nueva etapa, la Policía Federal busca avanzar en el núcleo político, identificando a los principales destinatarios y beneficiarios de información producida ilegalmente en el ámbito de la Abin a través de acciones clandestinas”, señaló el comunicado de la Policía. Jair Bolsonaro negó este domingo que existiera cualquier tipo de organización de espionaje ilegal durante su gobierno y calificó las investigaciones como una “narrativa”.
Los investigadores sospechan que la Abin utilizó un software de vigilancia israelí llamado FirstMile, que rastrea datos de geolocalización de teléfonos inteligentes, para espiar a miles de personas durante la presidencia de Bolsonaro.
“Los investigados podrán ser considerados responsables (…) de los delitos de invasión de dispositivo informático ajeno, organización delictiva e interceptación de comunicaciones telefónicas, informáticas o telemáticas sin autorización judicial o con fines no autorizados por la ley”, agregó la Policía. Los nuevos allanamientos se suman a otros 21 ejecutados el jueves.
Ese día fueron allanadas la casa y las oficinas del exdirector de inteligencia Alexandre Ramagem, actual diputado federal por el Partido Liberal, de Bolsonaro. La Policía se llevó computadoras y teléfonos de su residencia en Brasilia. Entre los supuestos espiados, además de Moraes, se encontrarían el juez de la Corte Suprema Gilmar Mendes, el expresidente de la Cámara de Diputados Rodrigo Maia y el exgobernador del estado de Ceará Camilo Santana, quien ahora es ministro de Educación del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
“La Policía Federal ha identificado la existencia de una organización criminal creada para vigilar ilegalmente a personas y autoridades públicas (…) sin autorización judicial”, dijo el Supremo Tribunal Federal en un comunicado.
Las diligencias “indican que un grupo criminal creó una estructura paralela en la Abin y utilizó sus herramientas y servicios para actuaciones ilícitas, produciendo informaciones para uso político y mediático, para la obtención de beneficios personales e incluso para interferir en investigaciones de la Policía Federal”, dijo la Policía en un comunicado.
*Con información de la AFP.