Este miércoles, en medio de las crecientes tensiones que existen entre Estados Unidos y China, y previo a una llamada que sostendrán los presidentes de esos dos países en los próximos días, se conoció una amenaza elevada por el Gobierno del país asiático en contra de la administración Biden, advirtiendo que su país tomará acciones, en caso de que la presidenta de la Cámara de Representantes de EE. UU., Nancy Pelosi, visite Taiwán, añadiendo que en tal caso, el país norteamericano deberá asumir ‘todas las consecuencias’ del hecho.
Esta amenaza aumenta las tensiones entre los dos países, en medio de un contexto mundial minado, entre otros, por la situación bélica entre Ucrania y Rusia, en la que China se ha negado al pedido de los países occidentales para manifestarse en contra de la invasión por parte del Kremlin, lo que ha comenzado a abrir brechas en las relaciones bilaterales de los gobiernos de Biden y Xi Jinping, que mantienen en una tensa calma, y que han estado marcadas además por la creciente influencia tomada por China en Asia-Pacífico, entre otras.
Dicha tensión, referida a la eventual visita de Pelosi a Taiwán, se refiere a la posición adoptada por China frente al estatus de dicha isla, de 24 millones de habitantes, sobre la cual, pese a no ejercer soberanía, considera como parte de su territorio, basado en la historia, y desconociendo a las autoridades locales, por lo que también no ve con buenos ojos las relaciones que gobiernos extranjeros entablen con ellas.
En ese sentido, desde Pekín se ha adelantado una política que se opone tajantemente a los contactos de las autoridades de Taiwán con otros países, la cual además está siendo complementada por medidas de aumento de la presión ejercida por el Ejército y los canales diplomáticos contra Taipéi, situación que, de acuerdo con los medios internacionales, se ha visto fortalecida desde que los habitantes de la isla eligieron como presidenta a Tsai Ing-wen, figura perteneciente a sectores políticos independentistas.
En el marco de dichas tensiones internas, otro de los factores que ha sido determinante fue el denunciado comercio de armas entre Estados Unidos y Taiwán, lo que a su vez ha estado complementado por el explícito apoyo de algunos sectores políticos a los sectores independentistas de la isla.
Precisamente, en el marco de dicho apoyo, Nancy Pelosi, considerada una de las figuras políticas más importantes de Estados Unidos, al ser una de las congresistas demócratas más relevantes, anunció recientemente su intención de visitar Taiwán, en un viaje que estaría previsto para el mes de agosto, según precisan medios de comunicación, sin que hasta el momento se confirme si en efecto se realizará el viaje.
Ante tal anuncio, las autoridades Chinas han manifestado su oposición, advirtiendo que es vista como un desafío a cruzar la ‘línea roja de su país’.
Así, el Gobierno de ese país advirtió que de ocurrir tal visita, vista como una afrenta, Estados Unidos “se enfrentará a fuertes medidas, y deberá asumir sus consecuencias”.
El anuncio de la posición de China fue expresado por el portavoz del Gobierno, Zhao Lijian.
Esta misma advertencia fue hecha ante los anuncios de Estados Unidos de aumentar su presencia, eventualmente, en la región de Asia Pacífico.
En el mismo sentido de las amenazas de China, en semanas pasadas, el propio presidente de Estados Unidos, Joe Biden, había manifestado que no consideraba ‘una buena idea’ que Pelosi viajara a Taiwán.
La situación de tensión entre China y Estados Unidos también se presenta en momentos en los que el presidente Xi Jinping se prepara para la realización de la reunión del Partido Comunista de su país, prevista para finales de año, en la que apuesta a refrendar su liderazgo y su permanencia al mando del Gobierno de ese país.
La otra cara de la moneda
Pese a la negativa de los propios gobiernos de China y Estados Unidos frente al viaje de Pelosi, la noticia sí genera simpatía en los sectores de Taiwán, quienes se han manifestado para alentar que la visita de la presidenta del Congreso se dé, lo que representa un importante espaldarazo para su estatus, más aún si se tiene en cuenta que pocos países en el mundo reconocen a Taiwán como un Estado independiente.
La presión en China también ha derivado en que el Gobierno de ese país aumentara la presión sobre Taiwán, estableciendo irrupciones en el espacio de defensa aérea de la isla, un hecho que Estados Unidos ha calificado como provocaciones por parte de Pekín.
Frente a ello, el propio gobierno Biden ha advertido que estaría dispuesto a intervenir para apoyar a Taiwán ante una eventual invasión, situación que enfureció a China e incluso impulsó que el Gobierno estadounidense se retractara.
Actualmente, Taiwán posee su propio gobierno, moneda y fuerzas armadas; no obstante, nunca ha declarado oficialmente su independencia, situación que ahora despierta amenazas por parte de China si se busca establecer.