El dueño de un pequeño local de un barrio de Nairobi hornea cada mañana un tipo de pan sin levadura llamado “chapati”. Se trata de un desayuno típico de la zona, pero los clientes ya apenas pueden permitírselo. “El chapati ahora cuesta el doble. La vida se ha puesto extremedamente cara”, se queja un cliente.
Los panaderos temen por su existencia
El dueño de esta pequeña panadería de la capital de Kenia es Samuel Mose. Tiene cuatro empleados, y relata que ya hace tiempo que la harina y el aceite de girasol no dejan de subir. Pero cree que ahora la cosa se ha puesto peor debido a la guerra en Ucrania. “Seguimos la guerra, porque debemos saber cuál es la situación allí. Algunos de los productos que utilizamos provienen de ambos países”, dice Mose a DW. Alrededor de un tercio del trigo que importa Kenia procede de Rusia y Ucrania. También Kenafric, una empresa panadera de Nairobi que produce panes para supermercados, sufre la subida de los precios: “la situación es preocupante, no solo por los precios, sino también por la falta de productos”, dice a DW Keval Shah, gerente de Kenafric, y agrega que muchos distribuidores han reducido las mercancías acordadas por contrato por causas de fuerza mayor.
Theresa Anderson dirige el departamento de justicia climática global en la ONG Actioaid. En conversación con DW, explica que muchos países ya estaban afectados debido a la pandemia, la crisis climática, las emergencias humanitarias y las incertidumbres políticas y económicas. Los efectos de la guerra en Ucrania vienen a sumarse a esa situación.
En Zimbabue se ha triplicado el precio de la gasolina
“Hay madres que no pueden hacer todas las comidas y pasan hambre, muchas no pueden pagar el dinero de la escuela, trabajan e interrumpen su formación”, dice Anderson a DW, y asegura que la subida global de precios se siente más en África que en otras partes del mundo.
Las comunidades locales han sufrido una subida de precios mayor que el promedio mundial. “En Zimbabue, el precio de la gasolina ha subido más del triple, así como el precio del gas. El precio de los fideos ha subido más del doble”. Según Anderson, hay muchos países que ya se encuentra en una crisis alimentaria. “Si nada cambia, podríamos estar ante una catástrofe de proporciones insospechadas. La situación es especialmente extrema en el Cuerno de África, donde hay 20 millones de personas que ya están padeciendo una dura hambruna debido a la persistente sequía”.
Arrecia la hambruna en el Cuerno de África
Tampoco es tranquilizador el pronóstico del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (WFP por sus siglas en inglés). La institución advierte que se ha acelerado la subida de precios en el este de África, “debido a la muerte de reses y a que las cosechas son mucho más pequeñas que el promedio de los últimos años”, dice a DW el portavoz del Programa Mundial de Alimentos en Somalia, Petroc Wilton. “A todo ello hay que sumar la demora en la entrega de trigo procedente de Ucrania”, prosigue Wilton.
Según el WFP, en Somalia se está preparando una catástrofe humanitaria. Hay seis millones de personas afectadas por la acuciante incertidumbre alimentaria, entre ellas 1,4 millones de niños. La emergencia alimentaria podría estallar hacia la mitad de este año si las organizaciones de ayuda no reciben medios adicionales.
Hirsiyov Idolo Mohamed ya se ha visto afectada por el furor de la crisis. Esta mujer de Somalia abandonó su empobrecido pueblo junto a sus tres hijos y emprendió la huida a pie a través del caluroso desierto, con poca agua y comida. Su objetivo era llegar a un recientemente erigido campamento para desplazados, situado en las cercanías de la ciudad de Dolo, en la región de Gedo (sur de Somalia), pero dos de sus hijos no resistieron la dura travesía a pie.
Los campesinos huyen de la sequía y de las bombas
“No hicimos más que andar y andar, mi hijo estaba sediento y agotado. Muchas veces me pidió: ‘Mami, agua, mami agua’. Empezó a jadear, pero no había ni una sola gota de agua para darle”, relata con tristeza a DW. Su hija murió al llegar al campamento. Tenía 8 años y padecía de una tos grave. La travesía no hizo más que debilitarla.
Según WFP, solo en 2022 más de medio millón de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares debido a la sequía. En el oeste de África, la seguridad complica aún más la crisis alimentaria. Los campesinos no pudieron cultivar los campos debido a los continuos ataques de la organización terrorista Boko Haram.
Las reservas de trigo de China
Assalama Dawalack Sidi es el director de la organización de ayuda humanitaria Oxfam. “Es una señal para el mundo. Estamos viendo que 27 millones de personas en el oeste de África están afectadas por la más grave crisis alimentaria de los últimos diez años. Si no se hace nada para remediarlo, esa cifra podría ascender hasta los 38 millones”.
En realidad, no debería haber escasez de trigo en elmundo, porque hay grandes reservas en China. Los expertos calculan que alrededor de la mitad de las existencias mundiales se encuentran en graneros del gigante asiático, pero temen que el país quiera sacar rédito político de la situación mundial, es decir, cereales a cambio de concesiones. “China tiene buenas reservas para apoyar a los países más pobres de África abasteciéndoles de alimentos”, dice a DW Hendrik Mahlkow, del Insituto de Economía Mundial de Kiel, aunque también advierte que el Partido Comunista de China podría ampliar profundizar así su ya amplia influencia económica en África.
Con la colaboración de Marion Betjen y Flourish Chukwurah en Nigeria, y Mariel Müller en Somalia.
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