Autoridades brasileñas presentaron al inicio de la semana un preocupante reporte que da cuenta de una difícil situación que amenaza al denominado pulmón del mundo, la Amazonia, refiriendo que este importante territorio, en su porción correspondiente a ese país, sufrió un sensible incremento en sus registros de incendios forestales durante el mes inmediatamente anterior (julio).
De acuerdo con el reporte, la situación es calculada a través de los satélites del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe), los cuales evidenciaron que durante el mes de julio se presentó un aumento de cerca del 8 % en los incendios forestales, frente al reporte del mismo período del año 2021. En el reporte se da cuenta de la detección de 5.373 focos de incendio, cifra que supera a los 4.977 identificados en julio de 2021.
Según el reporte de las autoridades, esta cifra también registra un incremento frente a 2019, pero, afortunadamente, se mantuvo lejos de los registros de 2020, año de la pandemia, en la que las autoridades reportaron, en el mes de julio, un número de más de 6.800 casos.
La cifra reportada en 2019 fue de 5.318 casos, según recogen medios internacionales, quienes también explican que, históricamente, el mes de julio es uno de los períodos donde la selva está más propensa a este tipo de hechos, en tanto representa el inicio de la llamada ‘temporada seca’.
La preocupación frente a los incendios forestales que atacan la Amazonia se refiere a la importancia de dichos terrenos, con un balance de casi 13.000 escenarios de incendios en lo corrido del presente año, cifra que a su vez representa un incremento de casos del 13 % frente al primer semestre de 2021.
Según denuncian entidades como Greenpeace, además de los factores naturales propios del verano, referidas a menos lluvias y humedad los incendios forestales en esa región del mundo, también están relacionados con incendios forestales originados por manos criminales.
De acuerdo con Rómulo Batista, vocero de la seccional Brasil de Greenpeace, estas prácticas buscan quemar zonas selváticas ya afectadas por la tala ilegal de madera, al igual que otras zonas que buscan ser deforestadas para entonces emplear en otros negocios de índole ilegal.
Sobre los incendios forestales, Greenpeace señaló que, además de la afectación a la biodiversidad, estos también representan una serie de afectaciones sanitarias, referidas a la forma como el humo de dichos fenómenos puede influir negativamente en la salud de los habitantes de las zonas próximas.
Pese a las altas cifras registradas en julio, la preocupación ahora es mayor, más aún, teniendo en cuenta que, históricamente, los meses en los que mayores fenómenos de ese tipo se registran son agosto y septiembre.
En ese sentido, y a manera informativa, para generar conciencia, la entidad protectora del medioambiente publicó una serie de imágenes aéreas que dan cuenta de las devastadoras consecuencias de las conflagraciones. Según afirma la entidad, estas imágenes fueron captadas en el estado amazónico de Rondonia.
De acuerdo con las autoridades brasileñas, la deforestación generada en el primer semestre de 2022 en la selva amazónica, se calcula en cerca de 4.000 km² de selva, siendo además el mayor registro desde que el Sistema de Detección de Deforestación en Tiempo Real (Deter) empezó a llevar las cuentas, en 2016.
Según las autoridades ambientales, dicha cifra de deforestación representa un aumento del 10,6 % frente a lo registrado en el primer semestre de 2021.
Precisamente, el tema de la conservación se ha convertido en uno de los talones de Aquiles del actual mandatario, Jair Messias Bolsonaro, quien actualmente compite por la reelección, siendo un factor por el que es ampliamente criticado debido a su desinterés y postura frente a la importancia de conservación, lo que se ha reflejado en sus políticas medioambientales, siendo tachado de ‘fomentar la deforestación’.
En ese mismo sentido, Bolsonaro es criticado por su posición en defensa de la minería y el aumento de terrenos de la Amazonia que pueden ser destinados a la agricultura, tomando decisiones que incluso lo han puesto en conflicto con autoridades indígenas de la zona.
Según medios internacionales, desde que Bolsonaro asumió la Presidencia, en 2019, la deforestación de la Amazonia se habría disparado en un 75 %.
*Con información de la AFP.