Un colombiano se declaró culpable en Estados Unidos este miércoles, 11 de diciembre, de haber secuestrado y agredido a dos militares de ese país que estaban de servicio en Bogotá, informó el Departamento de Justicia.
Según documentos judiciales, Pedro José Silva Ochoa, de 47 años, y sus cómplices colocaron droga en las bebidas de los dos soldados cuando se encontraban en un pub de la capital colombiana en 2020, quienes fueron víctimas del paseo millonario.
Después los secuestraron y les robaron los teléfonos móviles, las billeteras y las tarjetas de crédito y débito, con las cuales realizaron compras y retiraron dinero, señaló en un comunicado la entidad.
Las dos víctimas perdieron el conocimiento hasta el día siguiente. Silva Ochoa condujo el carro con el que secuestraron a los militares. Se declaró culpable de “secuestro de persona protegida internacionalmente”.
Se desconoce cuándo se dictará sentencia contra este acusado, que fue extraditado de Chile a Estados Unidos en mayo.
El coacusado Jeffersson Arango Castellanos fue condenado en mayo a 48 años y nueve meses de prisión y Kenny Julieth Uribe Chiran, extraditada en septiembre de Colombia, quien será juzgada en febrero de 2025.
Silva Ochoa, conocido con el alias de ‘Tato’, estuvo prófugo tanto de la justicia colombiana como estadounidense. Fue vinculado a una organización criminal denominada ‘los Tomaseros’, responsable de varios delitos graves, donde ocupaba un rol clave en la ejecución de las actividades ilícitas. Esta banda delictiva se dedicaba a cometer una serie de crímenes en la capital colombiana, y ‘Tato’ jugaba un papel fundamental en sus fechorías.
Según las autoridades, Silva Ochoa fue capturado en septiembre de 2023 en Santiago de Chile, donde intentaba reiniciar su vida trabajando como conductor de transporte en plataformas móviles. La detención fue posible gracias a la interceptación de una llamada que ‘Tato’ realizó a sus familiares en Colombia, lo que permitió a las autoridades localizar su paradero.
En Bogotá, ‘Tato’ era uno de los miembros más importantes de la red criminal que operaba principalmente en el norte de la ciudad. Este grupo se especializaba en el robo a personas en discotecas reconocidas, donde aprovechaban la ocasión para suministrar drogas mezcladas en bebidas.
Una vez sus víctimas quedaban desorientadas, los delincuentes las secuestraban y las trasladaban en vehículos para llevar a cabo el llamado “paseo millonario”, vaciando sus cuentas bancarias y dejándolas luego abandonadas en zonas periféricas. En algunos casos, este modus operandi incluso resultaba en la muerte de las víctimas.
*Con información de AFP.